El problema del excesivo deslizamiento de la pista del nuevo polideportivo de Pola de Siero existió en su momento, poco tiempo después de que se inaugurase, pero ahora está solventado, no hay ningún problema. Esa es la conclusión a la que llegan los usuarios habituales de la cancha encuestados ayer a pie de pista por LA NUEVA ESPAÑA.
Todos ellos han jugado en los últimos tiempos y se han entrenado en las nuevas instalaciones del polideportivo de la Pola y no creen que el estado de la pista sea malo ni mucho menos. Lo del deslizamiento ha sido un contratiempo pasajero que se ha superado, y no se debe ir más allá. La normalidad ya reina en partidos y entrenamientos, dicen.
El responsable de la Escuela de Fútbol Sala de Pola de Siero, Hugo Nava, apunta que "el pasado sábado, el mismo día que abandonaron la cancha, nuestro equipo juvenil jugó un partido muy importante y no hubo ningún problema; ganaron el partido y nadie protestó".
El portero del equipo que compitió el sábado, Gaizka Álvarez, señala que "la cancha resbalaba mucho al principio, entrenamos aquí desde que abrió, y salvo las dos primeras semanas, que sí resbalaba mucho, no tuvimos ningún problema". Para el portero, "no es que no se resbale nada, algo puede resbalar, pero no es ningún problema, no es como los primeros días ni mucho menos. Y después está cómo juegue cada uno, hay gente que resbala en todas partes".
Sergio Canga, jugador del equipo de fútbol sala La Isla, habla en el mismo sentido. "Al principio sí que se notaba, la cancha resbalaba mucho, pero era porque era nuevo, con el tiempo cada vez se va resbalando menos. Algo se puede notar, pero nada importante; puede haber alguna zona, pero no pasa nada", sostiene.
Por su parte, el entrenador de porteros Paco Roces asevera que, aunque en el puesto del portero se recorre menos cancha y no puede garantizar que toda la pista está igual que la parte cercana a las metas, ahora "se ha conseguido que no resbale tanto; los porteros no tienen ningún problema". Reconoce, al igual que el resto de encuestados, que en los primeros días el problema existía: "El primer día y el segundo que entrenamos se resbalaba, se notaba muchísimo, pero ahora ya no".
Por último, Sergio Moro, jugador cadete de la Escuela de Fútbol Sala de la Pola, comenta que "es posible que en algunas zonas resbale todavía un poco, pero no es nada importante, jugamos en muchas canchas que están en mucho peores condiciones que esta; yo jugué un partido el otro día y no lo noté".
Lo cierto es, recordaron la mayoría de los encuestados, que el mismo día en el que el equipo del Condal abandonó la cancha por el supuesto mal estado del piso se jugaron otros muchos partidos y nadie más protestó.
Varios equipos de las categorías inferiores del Club Deportivo Romanón entrenaron ayer en el polideportivo nuevo, y los niños parecían estar perfectamente adaptados a la cancha. El club, por su parte, ha declinado pronunciarse sobre el asunto.
