El susto que se llevó un hostelero de Siero cuando perdió un sobre con los 3.000 euros de la recaudación, junto al coche, en la zona de Les Campes (la Pola), fue grande. Pero el hombre fue afortunado. Acudió a la Policía Local para informar de lo ocurrido y con las esperanzas de que su sobre pudiera estar entre los objetos perdidos que custodia este cuerpo de seguridad.
El hostelero poleso tuvo suerte porque el ciudadano que se encontró sus 3.000 euros fue honrado y acudió con ellos a las dependencias municipales para entregar lo que no ella suyo. Las piezas encajaban y parecía obvio que el dinero era del hombre que lo reclamaba, pero la Policía Local tuvo que realizar las investigaciones oportunas para confirmarlo. La historia, hace aproximadamente un año, tuvo un buen desenlace.
No es la primera vez que un viandante se encuentra con dinero y lo entrega a los agentes, apunta el Jefe de la Policía Local, José Enrique Fernández. Hace años otra persona encontró un sobre con unos 600 euros e, igualmente, se pudo acreditar quién era su legítimo dueño. La ley obliga al propietario del dinero a entregar el 5% al individuo que lo encuentra y tiene la buena voluntad de devolverlo.
Pero lo que más pierden los sierenses son móviles, llaves y carteras, explica el concejal de Seguridad Ciudadana, César Díaz. La mayoría se extravían en locales de fiesta y durante la celebración de las grandes festividades del concejo. Casi todas las carteras llegan a la Policía Local sin dinero, pues muchas pueden haber sido sustraídas previamente. Pero con diferencia donde más se pierden objetos personales es en los centros comerciales y los probadores de las tiendas son los lugares más propicios. Aquí se dejan desde gafas de sol hasta bufandas y otras prendas de vestir.
La entrega de objetos perdidos queda anotada en un libro de control. La persona recibe un resguardo y cuando pasan dos años, si el propietario no ha aparecido, tiene derecho a quedarse con el objeto, como le pasó a un señor que encontró una cadena de oro en la senda del Nora y con la que acaba de quedarse. Los objetos de más valor se guardan en una caja fuerte.
