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Los peregrinos dormirán como indianos en Grado

El constructor jubilado Luis Rodríguez se embarca en la transformación de "La Quintana" en un albergue "de diseño"

Los peregrinos dormirán como indianos en Grado

Grado tendrá un nuevo albergue. El constructor jubilado Luis Rodríguez ha encargado la rehabilitación de la casona indiana conocida como "La Quintana" con el objetivo de crear un albergue para los peregrinos de la ruta primitiva del Camino de Santiago. Un tipo de uso que no estaba previsto en el Plan General de Ordenación (PGO) pero que el Pleno del Ayuntamiento ha decidido modificar por unanimidad la pasada semana para favorecer el la iniciativa privada en torno a un sector que crece cada año. En 2016, pernoctar en los albergues públicos del concejo 6.409 peregrinos, un 32 por ciento más que en 2015.

"Barajamos varias opciones para la casona pero lo que más nos convence en convertirlo en albergue para que lo lleven nuestros hijos", comenta Rodríguez, propietario de "La Quintana" desde el año 2004 junto a su mujer María Montserrat Gutiérrez. Adquirieron como inversión la propiedad que mandó construir el indiano Aurelio Huerta al arquitecto Leopoldo Corugedo y que fue ampliada en el año 1930, etapa en la que se le añadieron dos torreones.

Un albergue que la asociación Amigos del Camino de Santiago de Grado ve con buenos ojos, ya que "más plazas, tanto públicas como privadas, nos parecen idóneas porque hay una necesidad de aumentarlas dado el crecimiento de peregrinos del Camino Primitivo en los próximos años", señala José Manuel Arias Guillán, presidente del colectivo. Además remarca que este tipo de iniciativas contribuyen a la economía del concejo, "por el paso de los peregrinos y el retorno que se podría producir por el boca a boca cuando regresan a sus lugares de origen y comentan los sitios que les han gustado en la zona".

La adquisición del inmueble fue en 2004, pero no ha sido hasta este año que han comenzado las obras. "Luego de comprarla vino la crisis y, en fin, todas las cosas que pasaron y afectaron a la construcción entonces decidimos esperar y este año pensamos arreglarla para que no se deteriorase más y buscarle un uso", explica. También barajaron crear un hotel, "pero es más cómodo el hospedaje, exige menos".

Hace año y medio que empezaron a mantener el edificio, una mezcla de estilos clásico y barroco con un friso decorado que es uno de los detalles más conocidos de la casona. Así es que empezaron reparando el tejado, reforzando la estructura con vigas de hierro y limpiaron y pintaron la fachada. También han llevado a la forja toda la valla perimetral y las puertas de la entrada, dos rejas de hierro macizo. Al mismo tiempo, en febrero de este año solicitaron la modificación del PGOU al Ayuntamiento, que les ha dado luz verde para diseñar el proyecto integral específico para albergue, en el que calculan podrían crear sesenta plazas con algunas habitaciones individuales para aquellos peregrinos que prefieran descansar en soledad. Dotarán a la vivienda de baños, cocina, comedor y amplias zonas de descanso.

También, prevén mejorar la terraza de la parte trasera, así como el jardín. "Hasta que no llegó la modificación no podíamos pensar en la obra interior porque el albergue requiere una instalación eléctrica y de agua específica. Si se permite, darle alguna división más, es un planteamiento fundamental".

"La Quintana" sorprenderá a los peregrinos con sus techos decorados, la vidriera del baño, la barandilla de madera de las escaleras o los aleros de los torreones. Son 600 metros cuadros, en tres plantas, en el que todos los elementos patrimoniales serán respetados. De hecho, en los primeros años de la casona llamaba la atención otro detalle, tejas vidriadas de color verde que daban mucha originalidad al edificio pero que fueron sustituidas en la reforma de los años treinta del pasado siglo. La modificación del PGO abre las puertas a iniciar el proyecto integral de reforma para que en los próximos años Grado cuente con un albergue más de peregrinos. "Llevo a los peregrinos más o menos controlados y pasan muchos todos los días, algunos incluso se quedan mirando la casona", señala Luis Rodríguez.

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