La evacuación de una mujer con lo que parecía ser una fractura en la cadera desde un ático de Noreña obligó anoche a cortar la calle principal de la localidad para poder extraerla por una ventana. El peso elevado de la mujer y su movilidad limitada por la lesión, impidieron evacuarla por el ascensor del edificio y obligaron a la intervención de los bomberos, que lograron finalmente concretar la extracción en torno a las once de la noche y tras casi cinco horas de operación de rescate.

Según el testimonio de vecinos de la zona, la mujer se encontraba de visita en la localidad, hospedándose en un ático del número 25 de la calle de Flórez Estrada, arteria principal noreñense. Una inoportuna caída, producida en la tarde de ayer, le provocó la lesión que, tras la pertinente intervención médica en la vivienda, obligó a su traslado al hospital. Pero el elevado peso de la víctima (algunas fuentes lo sitúan en torno a los 160 kilos), unido a su movilidad reducida, dificultaron la operación. Ni siquiera con la ayuda inicial de la Policía Local de Noreña, cuyo agente de guardia se personó en la vivienda en torno a las ocho y media de la tarde, fue posible culminarla.

Sanitarios y agente solicitaron entonces la intervención de Bomberos de Asturias, que desplazó un vehículo "escalera" hasta la localidad. Ante la estrechez de los accesos al edificio, los bomberos optaron por extraer a la mujer por una de las ventanas del ático. Eran cerca de las diez de la noche, y la Policía Local tuvo que cortar al tráfico la calle para evitar posibles situaciones de peligro y dar más espacio a los efectivos para actuar. En ese momento, la intervención había generado gran expectación en la villa condal, donde el espectacular despliegue hizo temer por otro tipo de emergencia.

La operación no fue fácil. Los bomberos hubieron de mover el vehículo en varias ocasiones para encontrar el ángulo correcto, y también tuvieron dificultades para evitar el alero del edificio al elevar la escalera.

Finalmente, pasadas las once de la noche, la mujer pudo ser rescatada de la vivienda a través de una de las ventanas y bajada hasta la calle, en una plataforma instalada en la escalera y protegida del frío con una manta térmica, para acto seguido ser trasladada al hospital. Había acabado la odisea con final feliz y mucho sufrimiento.