"Nunca me imaginé que mis memorias tuvieran tanto éxito; yo no soy escritora, ni siquiera fui a la escuela". Así expresaba Ángeles Flórez, "Maricuela", su asombro por el eco que ha tenido el libro en el que cuenta su dilatada vida -tiene 99 años de edad- marcada por numerosas vicisitudes. "Yo puedo hablar de la república, de la revolución, de la guerra, de la cárcel, del exilio, de todo, y con conciencia de ello", dijo. La última presentación de la publicación tuvo lugar ayer en la casa del pueblo de Posada de Llanera, con la presencia, entre otros, del alcalde de Llanera, Gerardo Sanz, y el secretario general de la FSA, Adrián Barbón.

Ángeles Flores se afilió a las Juventudes Socialistas ya en el año 1936, en Carbayín, donde tuvo lugar un episodio muy trágico que la marcaría desde entonces. Su hermano mayor, Antonio, fue uno de los 24 "mártires de Carbayín" asesinados durante la represión por la Revolución de Octubre de 1934.

Fue miliciana tras el golpe de estado, enfermera de un hospital de campaña y también detenida y condenada a 15 años de cárcel, una pena que se le redujo a nueve años. Casada con Graciano Rozada Vallina, también conoció el exilio durante la dictadura de Franco, y en Francia militó en las filas de UGT y el PSOE. Y todavía fue detenida en los años sesenta a su regreso a España, si bien tuvo ocasión de volver a Francia. Con todo, a pesar de estas y otras muchas peripecias, considera que, después de todo, tuvo suerte. "Para mí la vida no fue dura, fui una privilegiada, porque ves tanta gente a la que fusilaron, gente que no sobrevivió, y estás esperando a que vengan a por ti, y esa es una sensación que no olvidas nunca.

Maricuela sabe que su condición de testigo de la historia tiene un valor en el presente: "Como tengo salud, me pueden preguntar y creo que por eso interesa mucho", sostuvo.

El presidente de la FSA, por su parte, destacó "la lucidez que atesora" la autora del libro, cuya vida consideró "ejemplar", y consideró el acto de presentación del libro como una parte "del compromiso de los socialistas con la memoria histórica".

"Tenemos una deuda con la historia, con los mayores que lucharon y reivindicaron la democracia y la libertad, con independencia de a qué formación política representaran", y también sirve para "recordar a los que murieron por defender nuestra libertad; tenemos una deuda moral con ellos".