Sara Rodríguez Fernández, hermana del sacerdote fallecido Hermenegildo Rodríguez, se va de Argüelles tras 38 años en la parroquia, para vivir en Oviedo con un sobrino. Pero ha dejado huella en la parroquia y sus vecinos se lo han querido reconocer. Para ello, le hicieron un homenaje sorpresa que la dejó emocionada, agradecida y sorprendida.

Fue el pasado jueves. Las amigas con las que se solía reunir los miércoles la convencieron para quedar al día siguiente con ellas en un restaurante en una última cita. Lo que no sabía era que la estaba esperando todo el pueblo. "Fue muy emotivo; prácticamente no podía comer nada, tanta emoción tuve que no pude en absoluto".

Sarita, que así se la conoce desde siempre en el pueblo, se va "con mucha pena" porque llevaba mucho tiempo en la parroquia, pero reconoce que "los años pasan para todos" y ya es mayor para vivir sola. Sus sobrinos estaban preocupados y decidieron que lo mejor era que se fuera a vivir con uno de ellos.

Por su parte, los vecinos de Argüelles celebraron que les hubiera tocado en suerte tener a Don Hermógenes de párroco, porque apoyó mucho a toda la parroquia y, entre otras cosas, fue el impulsor del festival de les fabes.

Y respecto a su hermana, dijeron que es "una mujer única, que siempre participó de todo lo que se realizaba en el Salón Parroquial, ella se preocupaba de abrir y cerrar".

Entre sus virtudes, destacaron que jamás oyeron de su boca "una mala palabra para nadie, y tampoco quería que se hablara mal de nadie en su presencia".

Aseguraban, incluso, que lo del secreto de confesión "era de familia, pues a Sarita se le podían contar cosas a sabiendas de que jamás se sabrán".

Asimismo, como vecina "no le gustaba molestar, pero quedaba muy agradecida cuando alguien le hacía algún favor", y era "muy familiar y siempre la vimos cocinando para sus sobrinos".

Y a pesar de tener que luchar mucho primero con la enfermedad de Don Hermógenes y, más tarde, con la de su marido Ándrés, también fallecido, "después de quedarse sola, siguió aquí con nosotros".

Por eso, ahora verla irse es motivo de tristeza para todos. "Te vamos a echar mucho de menos, aunque alguna vez iremos por Oviedo a verte y a tomar un café", concluyeron.