El director de la Academia Asturiana de la Llingua, Xosé Antón González Riaño, fue el encargado de leer ayer el pregón de la vigésima primera edición de la Fiesta de la Oficialidá de Bimenes, y se mostró convencido de que la oficialidad del asturiano está muy cerca, pero quiso dejar claro que se trata de una oficialidad solo para garantizar el derecho a usar la lengua de asturias, "non la so imposición a la ciudadanía que quiera seguir espresándose esclusivamente en castellán".

La fiesta conmemora la iniciativa de Bimenes de declarar oficial la llingua, en junio de 1997, y el hecho de que este concejo fuera el primero en hacerlo, no fue casual para el pregonero, porque Bimenes "yera, y ye, un conceyu cola llingua viva, cotidiana, normal, un conceyu abiertu, progresista ya integrador".

El pregonero dijo que, aunque somedano, se hizo yerbato aquel día en que se declaró la oficialidad, por decisión propia, porque el municipio representa lo mejor de ser de Asturias, pertenencia a la tierra, valoración de la cultura que nos une, dinamismo social y proyección de futuro, desde una perspectiva solidaria y no excluyente.

Riaño considera que no es admisible seguir con la "anomalía constitucional" que representa el hecho de que la llingua no tenga la misma consideracion jurídica que las demás. "La oficialida ta ehí. Vamos llograla bien llueu y sabremos facelo, como fai Bimenes, democráticamente". Lo importante, explicó, es tener en cuenta que la llingua no pertenece en exclusividad a ninguna opción política, sino que es un patrimonio cultural de todos los asutirnos. Y ahora que la reivindicación de la oficialidad es mayoritaria en la Junta es elmomento de hacer una propuesta realista, factible y acomodada a las necesidades concretas de la sociedad asturiana.

Por su parte, el alcalde de Bimenes, Aitor García (PAS), sostuvo que el concejo es ejemplo de convivencia, y nadie se "avergüenza" de hablar en asturiano o castellano: "Cuando la voluntá ye entendese, entiéndeste". Asimismo, el regidor afeó, sin mencionar al partido, la actitud del PP frente a la llingua, refiriéndose a quienes desde fuera se empeñan en estropear esa convivencia pacífica, empeñados en echar por tierra "normes y ordenances que soberanamente apruebay reconoz el conceyu de Bimenes como modelu de convivencia".