Clubes de Vespa y particulares llegados de toda Asturias dieron ayer el último adiós, en la iglesia de Santiago de Sariego, a Fernando Naredo, fallecido anteayer a los 72 años de edad tras toda una vida vinculado a las motos.

Sus restos salieron del tanatorio de Pola de Siero y, tras la comitiva fúnebre, circularon en su memoria integrantes del Club Vespa Llanes, del que Naredo era el socio más veterano, de la Agrupación Motorista Asturiana, de la que fue uno de los fundadores, y de otros colectivos, como la Asociación Amigos de la Vespa de Pola de Lena, la Asociación Cultual Deportiva Sanglas Asturias, Amigos Vespa Parres y Travespera Cangas de Onís.

Todos recordaron a Naredo por su buen carácter y su buena disposición. El presidente de la Agrupación Motorista Asturiana, Diego Fernández, dijo que Naredo "era una persona muy participativa y querida, de las que, sin pretenderlo, llaman la atención; cuando faltaba, todo el mundo preguntaba por él porque sabía que tenía que ser por una causa de fuerza mayor; y estaba siempre dispuesto a echar una mano, si alguien necesitaba hacer algo en la moto ya estaba él el primero para ayudarle".

Por su parte, el presidente del Club Vespa Llanes, Ildefonso Pulido Cabrera, señaló que todos en el club están "consternados", y no dudó en decir que Naredo era "la mejor persona, el mejor mecánico, el mayor corazón siempre dispuesto a ayudar, y mucho más, no lo olvidaremos".

Fernando Naredo comenzó a familiarizarse con el mundo de las motos cuando era tan solo un adolescente. Trabajó en el servicio de Vespa de Nava y desde entonces nunca dejó de ejercer de mecánico. Después de jubilarse se dedicó a reparar motos clásicas y durante quince años fue el organizador de la concentracion de motos clásicas que se organiza por las fiestas de San Pedrín de la Cueva, en Sariego.

Todo fueron elogios en la tarde de ayer hacia una persona que dejó huella en el mundo de las vespas, tanto por su buen hacer como por su carácter, que hace que todos en ese entorno lamenten profundamente su pérdida.