El presidente de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) y exrector de la Universidad Complutense de Madrid, el economista Carlos Berzosa, ofreció ayer la charla "El refugio de la memoria" en Grado, dentro del ciclo "Voz en la maleza. Me queda la palabra" que organiza el Ayuntamiento con la colaboración de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica y la asociación cultural "Valentín Andrés".
- España fue país de refugiados.
-La historia se repite. España ha tenido muchísimos refugiados, una verdadera catástrofe. Conocemos a los grandes escritores, personas conocidas, pero hubo muchísimos anónimos, obreros e industriales que no sabemos qué les pasó. Mucha gente volvió engañada, les mataron o les encarcelaron, y ese drama nos toca ahora, de nuevo, de cerca.
- ¿Cuál es el vínculo entre el refugiado español de la Guerra Civil y los refugiados que hoy llegan a España?
-Han cambiado muchas cosas porque el contexto histórico es diferente, pero el refugiado huye, fundamentalmente, por motivos políticos. Mientras haya dictaduras va a haber refugiados. También por cuestiones religiosas o violencia de género, o por huir de zonas de guerra. Todas esas razones se dieron aquí: guerra, dictadura y desplazamientos. También hay refugiados por la violencia de las mafias y las maras, como el éxodo de Centroamérica. Por eso luchamos para que no se devuelva a los refugiados, porque no tiene vuelta atrás: o los mandan a la cárcel toda la vida o los matan.
- ¿Ha sido justa la respuesta de los países receptores?
-La respuesta ha sido muy mala. En Europa, por ejemplo, la mayoría de los refugiados se encuentra en países limítrofes a la Unión Europea, donde se dan situaciones terroríficas y tremendas. Donde más refugiados hay es en países limítrofes y menos desarrollados, justo en las zonas que rodean Siria.
- ¿Qué efecto tienen las huídas masivas sobre los países a los que llegan?
-Creo que se está haciendo mucha demagogia. Se intenta agravar el problema victimizando a las víctimas, a los que huyen por necesidad. No podemos olvidar que el Mediterráneo es un cementerio. El poder y los medios de comunicación tienen un arma, señalar que los problemas de inseguridad, falta de trabajo o colas en el sistema público, dicen que es por los inmigrantes y refugiados cuando lo que está fallando es el sistema económico neoliberal, que genera más desigualdad y precariza el empleo para no decir: "mire usted, el problema es el sistema que hemos vendido como panacea y no lo es".
- Esa manipulación sobre la opinión pública ya la conocemos, se dio en la Alemania nazi, por ejemplo...
-No aprendimos la lección, por desgracia. Me preocupa que países con una educación avanzada, como Francia y Finlandia, voten a la ultraderecha. En Finlandia tuvieron un 13 por ciento de los votos. Y la izquierda no ha dado respuesta a estos problemas, dejándose llevar por los cantos de sirena del mercado. Socialistas defendiendo el sistema neoliberal; se dejan embaucar porque, si hay paro y precariedad, es más fácil echar la culpa a los que vienen de fuera.
- ¿Una solución?
-Se necesita solidaridad, pero va a ser difícil. El porcentaje de refugiados en relación con la población europea es muy bajo.
