No hubo mejor cosa que hacer ayer en Poreñu (Villaviciosa) que juntarse a las candelas a ver si éstas daban un poco de calor, que no sobraba. Todo lo contrario. Los vecinos celebraron la Virgen de la Candelaria, su primitiva patrona que hace 80 años cambiaron por el Pilar. El colectivo "La Capilla" empezó la fiesta con el simbólico encendido de candelas. El gaitero Álvaro Cueto puso sones de gaita la misa.
Este año tuvo un toque especial. Se bendijo una imagen de la Virgen de la Candelaria, por parte del sacerdote Agustín Hevia Ballina y del Padre Juan Felipe Restrepo Díaz, que los de Poreñu regalarán a los de Casquita el próximo sábado, cuando estos últimos festejen San Blas. Hevia deseó "que tanto esta Candelaria para Casquita, como la de esta capilla y la luz de estas candelas nos iluminen a todos". No faltaron pues los de Casquita a misa. Mari Paz Campa, en nombre de estos, se mostró muy agradecida con Poreñu: "En primer lugar les damos las gracias por este gran detalle. Se debe conservar y fomentar la unión y camaradería entre los pueblos, que en estos tiempos a veces parece difícil. También aprovecho para invitarlos a nuestra fiesta". Campa habló del envejecimiento de las aldeas, algo que en Casquita quieren combatir: será una niña de cinco años, Lucía Miyar, la que reciba la Candelaria el próximo sábado, "para que se sigan extendiendo entre los más jóvenes estos ejemplos de reunión y colaboración vecinal".
Loli Riva, presidenta de la asociación de Poreñu, apuntó, "con la entrega de esta Virgen a Casquita queremos tener una pequeña muestra de agradecimiento con estos vecinos que tanto nos han ayudado".