La pantalla de Aboño, la solución elegida por la Autoridad Portuaria de Gijón para reducir el impacto del viento en el carbón apilado en la explanada y que afectaba a la parroquia de Albandi (Carreño), da sus frutos. Un año después de su instalación, los vecinos notan una mejoría en la calidad del aire que respiran, aunque saben que será imposible de eliminar al ciento por ciento la presencia de carbones y minerales.

"Notamos algo menos de carbón, aunque lo peor es cuando viene el viento del Nordeste con tiempo seco; ahí no se puede hacer nada, entra el aire directo", comenta Agustín Rodríguez, vicepresidente de la asociación de vecinos de Albandi. La barrera anticontaminación, firmada por el arquitecto de Grado Abel Alonso y la ingeniera Bibiana García, está compuesta por 200 pilares de hormigón que forman una doble barrera, con la que se logra reducir la velocidad del viento en un 80 por ciento. También incluye un sistema de atrapamiento de partículas y reduce el impacto visual en la costa cercana. Una obra que ejecutó la empresa, también de Grado, TYC La Mata.

Los vecinos de Albandi, como María Socorro Rodríguez Mazuelas, notan en el recogedor de la escoba que la cantidad de carbón ha descendido. Y la limpieza no engaña. "Seguimos teniendo porquería, pero no es como antes, y lo poco que sigue llegando no van a conseguir nunca evitarlo". En la entrada de su casa era habitual barrer carboncillo a diario, ahora ya no. "Con la escoba que tengo fuera lo que hacía era barrer carbón todos los días, ahora se nota que hay menos".

También lo aprecia José Vallespí en su vehículo, aparcado delante de casa. Y de color blanco. Hasta la instalación de los paneles el coche tenía un tono oscuro a diario que, en la actualidad, sólo encuentra en los retrovisores, que "son los que más atrapan". En su opinión, la barrera ha dado resultados, aunque "es imposible quitarlo todo".

Además, este vecino detalla que el problema está en las pilas de carbón más recientes del parque de Aboño. "En las antiguas tienen unos cañones de agua para mojar el mineral y evitar que se expanda, pero en todo lo nuevo no hay ni un cañón y es lo que más nos afecta".

Los vecinos de la parroquia de Albandi y también de El Valle y Guimarán, aunque en menor medida, eran las zonas más afectadas por el parque de carbones, junto con barrios de Gijón como La Calzada. De hecho, durante años llevaron sus protestas a distintas administraciones para paliar los efectos de la presencia de las pilas de carbones. "Esto fue un fastidio toda la vida, se veían las nubes con mineral por encima", recuerda Vallespí.

La pantalla antipolución está dando buenos resultados y los vecinos advierten la mejoría desde su instalación, el año pasado. Una infraestructura que, además, ha sido premiada por distintos organismos, como el Colegio de Arquitectos de Asturias. Los vecinos de Albandi esperan que la solución técnica mejore su día a día y las partículas de carbón sean cosa del pasado.