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"Hay que repetir a los jóvenes que el porno es ficción", dice la experta María Rodríguez

La educadora sexual reclama en Posada de Llanera ampliar las miras de la sexualidad y huir de una visión "genitalizada y coitocéntrica"

Rodríguez, con los participantes en el seminario, en Posada de Llanera. A. I.

"Hay que repetir constantemente que el porno es ficción, como una película de Brad Pitt". Lo explica la educadora sexual María Rodríguez en un seminario para profesores, sanitarios y técnicos sociales en Posada de Llanera. El objetivo, entender cómo la pornografía influye en los jóvenes a la hora de entender su sexualidad.

Según cuenta Rodríguez, lo primero que hay que tener en cuenta es el cambio de medio. Antes los contenidos se transmitían en soportes físicos, con un acceso más limitado. Sin embargo, su difusión masiva a través de internet hace que la media de edad a la que los jóvenes inician su consumo haya bajado hasta los once años.

Esto genera un gran interrogante entre docentes y padres. ¿Qué hacer? "Podríamos pensar en la censura, pero eso sería contraproducente. Es muy difícil poder controlarlo con toda la electrónica que tienen a su disposición", plantea la educadora sexual. Rodríguez aboga por analizar cómo les influye su visualización, principalmente en lo referente a coreografías sexuales, prácticas o roles de género. "Hay que entender que esto marca su vida sexual, se acostumbran a unos tamaños, formas y condiciones que no son reales y pueden surgir complejos", advierte.

Otro punto importante del análisis está en los límites difusos del consentimiento que plantea el porno. "En los vídeos no se aprecia que se hayan establecido consentimientos o pactos. Incluso cuando alguien dice que no, acaban convenciéndolo para mantener relaciones", añade Rodríguez.

Para hacer frente a esto, la educadora trató de ofrecer herramientas con las que, junto a los jóvenes, "podamos hacer un análisis crítico de la pornografía". Entre ellos, buscar un concepto más abierto de sexualidad: "La sexualidad no son solo prácticas, somos seres sexuados, es una parte fundamental de nosotros. Debemos entenderlo como algo mucho más amplio que los preliminares y la penetración". El objetivo final es desmitificar el porno y hacer entender que es una ficción, que no debe marcar el descubrimiento personal de la sexualidad. Por ello, Rodríguez hace hincapié en que estos contenidos solo aportan una visión "genitalizada y coitocéntrica".

Además, la cámara solo recoge parcialmente la realidad de estas situaciones, lo que puede llevar a prácticas preocupantes entre los jóvenes: "Hay que entender que en la pornografía hay una edición, unos cortes. Por ejemplo, no se podría ejecutar una doble penetración sin una estimulación previa de los cuerpos", subraya.

Asimismo, previamente a los rodajes "existen unos acuerdos sobre lo que se va a hacer, y si algo no funciona se para todo. Esto no se recoge en el producto final que se consume", sentencia.

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