La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Los hosteleros, satisfechos con el torneo seven de rugby: "Se vende mucho más"

La competición es un valor seguro: más de mil jugadores de toda España llenan la villa moscona y generan ganancias en el sector servicios

El camping de equipos del torneo en el Instituto César Rodríguez de Grado. S. ARIAS

La Semana Santa hace caja en la villa moscona. Muchos negocios hosteleros y comercios de Grado trabajan a destajo en los días festivos para atender a los más de mil jugadores de rugby que participaron en el torneo Seven "La Flor", que organiza el Pilier Rugby Club y a los que se sumaron cientos de moscones. Días de intenso trabajo y trasiego que tienen su recompensa en las ganancias de los días señalados.

"El Seven da mucho trabajo porque hay que preparar muchas cosas, estuve una semana recargando neveras porque se vende muchísimo, es una fiesta y de las buenas", comenta Bernardo Álvarez, propietario de un bar. También han preparado las despensas en bocaterías y pizzerías, algunos de los negocios en los que más repercute la presencia de los jugadores y sus acompañantes. Por eso Ángel Sánchez dispuso una nevera más en su local "para cerveza, porque no das abasto con ellos". También reforzó la cocina, sobre todo pizzas y bocadillos, los preferidos de los "rugbiers", según detalla. "Se nota mucho el Seven, hay muchísima más gente", añade Sánchez.

También en una conocida pizzería moscona prepararon neveras y despensa para recibir a los deportistas en las cenas: "Vendemos mucho más y todos los años son buenos, el Seven nos beneficia y lo agradecemos", señala Estefanía González.

Además, muchos bares de la villa moscona participan en el conocido como "tercer tiempo", cuando al término de todos los partidos de la jornada los jugadores disfrutan de un recorrido por diversos negocios colaboradores donde beben cerveza y luego siguen consumiendo. Así lo corrobora Herminia Galán, dueña de un bar musical inmerso en el "tercer tiempo": "Es muchísima más gente, el volumen de grupos más todos los acompañantes que vienen". Motivo por el que refuerza el equipo de camareros para las noches de Miércoles, Jueves y Viernes Santo. "Son días de mucho trabajo y siempre hay que coger algo de gente porque el horario es más amplio".

Con todo, no es raro el año en el que se produce alguna queja por algún destrozo o daños en el mobiliario. "El año pasado pillé a uno meando en la cocina y enfademe un poco, pero entre tanta gente es normal que pueda pasar", comenta Álvarez. Pese a ello, considera que son días muy buenos para trabajar.

Compartir el artículo

stats