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"Había unes llamaraes tremendes", dicen los afectados por el fuego en Cabranes

Tina Longo y Pedro Ortiz, de Arboleya, pasaron la noche en el coche para que ventilara la vivienda, tras calcinarse la cuadra que usaban de almacén

Tina Longo y Pedro Ortiz, ayer, junto a la cuadra que se quemó en Arboleya. MARIOLA MENÉNDEZ

Los cabraneses Pedro Ortiz y Tina Longo se llevaron un "susto grandísimo" el martes por la noche. Acababan de cenar, eran sobre las once, y a su hijo, que vive con ellos al igual que la nuera, le alertó un ruido. Cuando salió de casa descubrió que estaba provocado por las llamas en la cuadra, que usaban como almacén. Aquí guardaban maquinaria, la lavadora y también tenían algo de ropa sucia.

"¡Había unes llamaraes tremendes!", recuerda Pedro Ortiz, aún con el susto en el cuerpo. "Ardió todo, quedó la viga solo", explica. La actuación de los bomberos de Villaviciosa, Piloña y La Morgal impidió que quemara su casa y la vivienda colindante, que no está habitada de continuo. En Casar de Arriba (Arboleya) sólo reside esta familia.

Este matrimonio -él de 64 años y ella de 72- tuvo que pasar la noche fuera de casa y se vio obligado a buscar acomodo en su coche. Trataron de dormir, tapados con unas mantas, pero fue complicado. Regresaron a casa sobre las ocho de la mañana. Pedro Ortiz, sobre las diez, trataba de pegar ojo, pero le costaba después de la noche de trajín y disgusto que tuvieron. Mientras, Tina Longo fue a casa de una vecina a cargar la batería del teléfono móvil porque en la suya, ayer, seguían sin electricidad.

Desconocen qué pudo originar el fuego y sospechan que haya podido ser un cortocircuito porque no se explican otra cosa. "Todavía tuvimos suerte", destaca la mujer, con una visible preocupación por las pérdidas ocasionadas por el incendio, pero aliviada porque no haya habido heridos y tampoco se haya visto afectada la casa, pues el daño hubiera sido considerablemente mayor.

Cuando ayer por la mañana regresaron a la antigua cuadra, reconvertida en almacén, Pedro Ortiz descubrió que había una bombona de butano y se preocupó por si podía haber explotado. Pero su mujer le tranquilizó diciendo que estaba vacía. "Menos mal que no pasó más", se consuelan. Ahora tratan de superar el susto, retomar la normalidad y recuperar el sueño que les robó el fuego.

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