El edificio del Cinema Siero en la Pola, actualmente en desuso, puede llegar a convertirse en una escuela de primer ciclo de Educación Infantil si prospera la idea propuesta por el PSOE que fue ayer presentada, entre otros, por el alcalde, Ángel García.

El proyecto incluye una rehabilitación integral del edificio, que quedaría distribuido en dos plantas más un patio exterior en la parte alta. La pretensión es duplicar el número de aulas del centro actual en el edificio de Montoto de la Pola -pasarían de 3 a 6- de tal modo que se puedan ofrecer hasta 76 plazas (en la actualidad son 39). De esta manera se reduciría la lista de espera y se permitiría la incorporación de familias que, actualmente, en vista de la limitación de plazas, optan por no inscribir a sus hijos. En la planta baja, con una superficie de 552 metros cuadrados, estarían ubicadas dos aulas para bebés (hasta un año) y otras dos de niños de dos años; en la primera planta, en una superficie total de 610 metros cuadrados, estarían ubicadas las auras para los alumnos de tres años, una sala polivalente de 93 metros cuadrados y el comedor, de 61,10 metros cuadrados.

Y el patio habilitado en la cubierta, que estará parcialmente abierta, tendrá una superficie de 92,40 metros cuadrados. El edificio se remodelará completamente, y su imagen experimentará un cambio radical. Por lo pronto, el porche actual se cerrará con paneles para hacer un pasadizo bajo el edificio. Y, por otra parte, está previsto abrir en la parte de atrás, en la fachada norte, que da a la zona de juegos del parque Alfonso X El Sabio, una cristalera para mejorar la iluminación del edificio. Actualmente toda la fachada está cerrada. No hay que olvidar que el edificio era un cine, y apenas tenía ventanales. En cuanto a los laterales, no se pueden abrir vanos por limitaciones normativas, al estar demasiado cerca de viviendas.

La idea de esta propuesta es no solo reducir la lista de espera de la escuela de primer ciclo de infantil, que en los últimos años estaba en torno a veinte alumnos, sino también darle uso a un edificio de titularidad municipal que, pese a su excelente ubicación y su nada desdeñable superficie, llevaba años sin tener un uso. En los últimos tiempos se barajó desde llevar los puestos de la plaza cubierta hasta los juzgados.