Era la memoria viva de Cuero (Candamo) y una de sus protagonistas. Libertad Fernández Fernández, del bar-tienda Ca Libertá, fue despedida ayer por una multitud de vecinos y amigos en la iglesia del pueblo. Fernández, muy querida por sus allegados, falleció el pasado martes a los 91 años de edad. "Era lo mejor que había en la contorna, tenía para todos y nunca de mal humor; íbamos al bar por charlar con ella, era una gran contadora de historias y estabas horas escuchándola, una mujer inteligentísima", señaló Ramonina Fernández, amiga de la finada.

En cada vecino de Cuero había un recuerdo. "Teníamos una relación de odio cuando era un rapacín porque los caramelos eran apetitosos y yo estiraba la mano... un día me tiró un caldero", comentó muy emocionado Rafael Fernández, para quien Libertad era "una institución" en Candamo: "cuando cogimos un poco de sentido nos dimos cuenta de la persona que era".

También entristecido estaba su vecino Paco Fernández, de Casa Pepe, quien destacó su capacidad de trabajo en el bar-tienda que heredó de sus padres en 1957: "Era una trabajadora exgerada y una gran cocinera, su especialidad eran las patatas rellenas. Siempre luchó pese a atravesar tiempos muy difíciles para una joven, pudo con todo".

Libertad Fernández ha sido memoria viva de Candamo y por su negocio han pasado multitud de personas, venidas de todos los rincones de Asturias sólo para escucharla. Cuero pierde a una de sus vecinas más ilustres, que ya no estará en el bar-tienda para hacer las delicias de todos con sus historias y saberes. Con la muerte de Libertad se pierde un pedazo de la historia del concejo.