Un buen día el cura de Noreña, Pedro Tardón, le propuso a Edgar Fernández acompañarle en su viaje a la misión de Benín (África) que lleva a cabo su fundación "Solidaridad con Benín". Fernández -aficionado a la fotografía- no se lo pensó e incluso fue más lejos. "Me comprometí a tomar instantáneas y hacer una exposición, para venderlas y que el dinero pueda servirles para sus proyectos".
Poco a poco, esa ilusión inicial fue transformándose en "responsabilidad por querer obtener fondos para colaborar". Finalmente, llegó el día de subirse al avión y lo primero que sintió al bajar "fue un calor sofocante". Allí descubrió "otro mundo",
Benín fue su "ventana a África", una idea que le sirvió para enfocar su trabajo, basado en disparar con su cámara escenas cotidianas, "como si estuvieras mirando por la ventana de casa".
A sabiendas de que el objetivo es recaudar fondos para colaborar en los proyectos de la fundación, "era consciente de que no podía hacer fotografías desagradables, sino algo que la gente quisiera tener en su casa colgado". Y es que la realidad del país es incluso más complicada de la que se imaginaba: "Las escenas son mucho peores que las que ves por el telediario".
Algunas cosas le chocaron mucho, como "niños en uniforme cuidando el ganado o niñas que tampoco están escolarizadas, sino que, como suelen tenerlas cada dos años, una cuida a la hermana, mientras que otra está cocinando". Un panorama complejo, del que destaca un importante carácter machista: "El hombre solo trabaja en época de cosecha o en la pesca, pero las que llevan el peso son las mujeres y en la casa es su dinero el que se gasta". El trabajo de Fernández en Benín podrá verse en la sala de exposiciones Antonio Mingote de Noreña desde mañana hasta el próximo día 23. El horario de visitas es de lunes a viernes de 18.00 a 20.30 horas y los sábados de 11.30 a 14.00 horas.
