Los vecinos de Seloriu, Villaviciosa, celebraron ayer, pese a la mañana de lluvia, la festividad en honor a su patrona, Santa Eulalia de Mérida, a la que los vecinos llaman cariñosamente Santolaya. "Llueva, truene o nieve, como ya ocurrió algún añu, no vamos a dejar de celebrar esta fiesta tan nuestra", decían algunos de los vecinos asistentes. Con este festejo mantienen viva la tradición de la ofrenda de ramos, en la que participaron con entusiasmo numerosos vecinos, desde los más pequeños a los más mayores de la parroquia.

"El ofrecimiento o la entrega de un ramu como signo de admiración al santo o santa se remonta al menos a la época romana. Es curioso que existiendo en toda España la tradición de ofrecer bienes y productos de la tierra a los santos patronos, sea casi exclusivamente en Asturias donde esa ofrenda se superpone con la de los ramos. Una tradición en Seloriu por lo menos desde hace más de siglo y medio, según me contaba recientemente una de las vecinas más mayores", explica César Rodríguez García, párroco de Santa Eulalia de Seloriu.

Con ramos cada año de lo más originales, a las 12.00 horas dieron comienzo los actos festivos con el desfile de ramos hacia la iglesia, algunos con "chubasqueru", y con una lluvia incesante por momentos. Este año llegaron desde los barrios de Bárzana, Vega, Olivar, La Busta, Santa Mera, Espina y Villar, siendo acompañados y recibidos de una gran descarga de cientos de voladores que cada barrio se encarga de tirar a su ramu.

A continuación tuvo lugar la misa solemne oficiada por el párroco César Rodríguez, para continuar con la tradicional procesión de ramos, acompañada de gaita y tambor y tiempo lluvioso que no desanimó a los numerosos vecinos participantes de la parroquia, otros llegados de Villaviciosa y de distintos puntos de Asturias. Una festividad que ya tuvo preámbulo el pasado viernes con la invitación por parte de los vecinos a un "fornáu" con castañes y sidra dulce en las antiguas escuelas de Seloriu.