Un grupo de 30 alumnos del instituto de Candás se encargó de diseñar y mandar al espacio una sonda llamada "Candasat I" hasta la estratosfera. Para realizar esta primera misión espacial con sello candasín, el alumnado trabajó en grupos para diseñar la cápsula, la instrumentación electrónica y los sistemas de ensamblaje y lanzamiento. Ademas, realizaron pruebas preliminares para evitar posibles eventualidades e imprevistos.

La sonda "Candasat I" estaba equipada con un sistema electrónico, basado en la tecnología Arduino, para la toma de datos de distintas variables atmosféricas, tales como temperatura interior y exterior, presión, humedad... y su grabación en una tarjeta SD. Además, contaba con una cámara para tomar imágenes y vídeos durante su recorrido, así como dos sistemas con GPS y un equipo de APRS para su seguimiento durante el vuelo y, sobre todo, para su localización tras el aterrizaje. Todo ello iba sujeto y protegido en un recipiente de poliestireno.

El lanzamiento de "Candasat I" se realizó en el patio del IES García Bellido, en León, debido a que la geografía asturiana resulta poco adecuada para ello. La sonda estuvo sobrevolando el cielo leonés unos 114 minutos hasta tomar tierra cerca del río Torío, próximo a la localidad de Villaobispo de Las Regueras.

Este proyecto surgió en el instituto de Candás a principios del curso pasado y contó con el impulso definitivo en la colaboración con el instituto leonés, a raíz del congreso nacional de Scientix celebrado en Madrid a principios de febrero.

Enviar una sonda al espacio requirió de la ayuda y colaboración de varias instituciones y personas ajenas al centro educativo candasín. La Unión de Radioaficionados de España (URE) aportó la tecnología de seguimiento APRS a través de su red nacional de estaciones y repetidores de señal, lo que permitió escuchar la sonda directamente por estaciones a más de 500 kilómetros de distancia y saber su posición vía web. Por otro lado, la empresa Carburos Metálicos proporcionó gratuitamente la botella de helio para proceder al ascenso del globo. El Instituto Tecnológico de Materiales de Asturias (ITMA) cedió sus instalaciones en Avilés para realizar pruebas térmicas en cámaras criogénicas para comprobar el funcionamiento de los equipos en condiciones extremas debidas a la gran altitud,

Pero hubo más. El colegio candasín Poeta Antón dejó sus instalaciones para realizar los ensayos del paracaídas. La heladería local Hermanos Helio permitió a los alumnos hacer pruebas de funcionamiento de los sistemas a bajas temperaturas. El Departamento de Coordinación Operativa del Espacio Aéreo de la Agencia Española de Seguridad Aérea asesoró al centro candasín en aspectos legales y facilitó los permisos pertinentes para lanzar la sonda. La torre de control de La Virgen del Camino y la Escuadrilla de Control de Tránsito Aéreo del aeropuerto militar de León permitieron el acceso a su espacio aéreo restringido. El departamento de Teoría de la Señal de la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón aportó orientaciones con el tema de las comunicaciones, mientras que responsables de otros proyectos similares apoyaron y animaron al IES de Candás en su periplo espacial. Este curso, el instituto quiere lanzar su misión "Candasat II", provisto de mejoras técnicas y un equipamiento más complejo de sensores.