Los participantes en el mercado social de Nava quieren que el Ayuntamiento diga "si va a apoyar el mercado o no. Si lo quiere apoyar tiene que demostrarlo". El pasado septiembre el consistorio dejó en suspensión la feria, en plena crisis alimentaria de la listeria, al venderse en la misma comida casera sin controles sanitarios y, por tanto, sin garantías del producto.

"Antes venían paisanas con comida de casa y ya no van porque la Policía Local les pide el registro sanitario, algo que no tienen por qué tener. Si ocurriera lo mismo con las fiestas de prao, se acabarían en Asturias", argumenta Javier Fernández, de Bimenes, que acude a este mercado habitualmente con productos excedentes de la huerta de casa.

El mercado social naveto se celebró con normalidad el pasado sábado, 18 de enero, pese a las restricciones de no poder despachar comida elaborada en casa. Esto, sostienen sus participantes, ha restado clientes debido al control de la policía municipal. "El mercado busca dinamizar la economía de Nava. Normalmente, la plaza Dominganes está llena de puestos. Pero si no hay un compromiso del Ayuntamiento por mantenerlo, morirá", alerta Fernández.

El alcalde de Nava, Juan Cañal, se reitera en lo dicho hace unos meses, cuando se suspendió para exigir el registro sanitario en la comida. "Quieren que determinados puestos alimenticios se instalen en el mercado. Y eso no puede ser. Hay una presión de Podemos intentando crear un mal ambiente. No tenemos ningún problema en que se celebre y que vaya cualquier persona y se ponga de manera gratuita con excedentes de la huerta, pero vender productos alimenticios sin ningún tipo de control ni fue ni va a poder ser posible", sostiene Cañal. Quien tiene claro: "Si quieren que las personas sin un registro sanitario vendan alimentos sin control alimentario, que lo lleven al parlamento y pidan un cambio de la ley. La seguridad alimentaria tiene que estar por encima de todo", esgrime.

Ante la situación, dimitió el grupo de voluntarios que lo organizaba. Y los que siguen temen su desaparición.

"Estamos en el aire porque no queremos ser unos pocos, queremos que estén todos, incluso las mujeres que vendían comida casera", añade Javier Fernández.