"Es un honor, el hecho de que relacionen tu trabajo con la poesía es un orgullo especial". Así agradeció el fotógrafo Chema Madoz el premio "Aula de las Metáforas" que recibió ayer en la Casa de Cultura de Grado en un emotivo acto, con decenas de seguidores de la obra del galardonado, Premio Nacional de Fotografía en el año 2000. Una ceremonia que finalizó con una entretenida charla guiada por la periodista radiofónica Ana Morente que ayudó al público a comprender más el trasfondo de la sugerente obra de Madoz, en la que "el concepto y la materia se relativizan y se elevan a una estética incomparable", como describió la consejera de Cultura, Berta Piñán.

Madoz fue recibido con un aplauso a su entrada en la abarrotada sala polivalente del palacio Miranda-Valdecarzana y, tras los discursos de la Consejera, la edil de Cultura, Elsa Suárez, y el director del "Aula de las Metáforas", Leopoldo Sánchez Torre, el presidente de la Fundación, el poeta Fernando Beltrán, entregó a Madoz el premio, una escultura de Pep Carrió.

"Bienvenido a esta tierra, a tu casa, al hogar donde las metáforas hallaron nido y a la vez vuelo, quien tal vez no debería haber ganado este año el premio porque debía haberlo obtenido hace ya muchos siglos, todo el tiempo que lleva nuestro homenajeado asentando su mirada trípode sobre todas las superficies, barros, estratos, objetos, texturas y contexturas que en el mundo han sido para picar, luego, sin desmayo del duro yunque del obturador con su dedo índice, como gotas de lluvia al caer".

"Lo hago con el dedo corazón", respondió el premiado para júbilo de Beltrán por acrecentar aún más la poética del oficio. El premio a Madoz funde la poesía y la fotografía por completo con las sugerentes y delicadas imágenes de Madoz, siempre en blanco y negro, que unen objetos cotidianos creando auténticas metáforas visuales. Y de ello habló con la periodista Ana Morente, junto a quien desveló sus influencias, como los poetas Joan Brossa y Gómez de la Serna y sus greguerías. "Siempre he tenido una relación caótica con la literatura; me gustaba, pero empecé tarde con ella", comentó.

Así, desveló que no trabaja siguiendo una línea marcada, sino con el día a día, "dejándome empapar por todo lo que me rodea". De ahí, quizá, que sea capaz de ver lo que otros ni si quiera imaginan, su capacidad de unir dos objetos y crear una poesía visual es uno de sus valores más reconocidos. Y ayer volvió a hacerlo en Grado. La luz que entraba entre las cortinas de la sala y creaba un reflejo en el suelo ya le hizo pensar. Madoz es capaz de ver y retratar lo sencillo haciéndolo arte, creando poesía visual.