La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Las chacineras tardarán dos o tres años en superar la "crisis del compango"

Los expertos reunidos en Noreña ven cercano el fin de la venta masiva a China, lo que disparó los precios del cerdo y desabasteció el mercado

Por la izquierda, el empresario Manuel Laínez; el director de Asincar, Juan Díaz; Miguel Huerta, y el empresario Alejandro Sánchez, ayer, en Noreña. A. I.

La llamada "crisis del compango", que se produjo meses atrás al dispararse el precio de la carne del cerdo debido a las masivas importaciones de China debido a su peste porcina, comienza a remitir. Sin embargo, los efectos podrían seguir notándose durante los próximos "dos o tres años" para las empresas especializadas. Así lo reconocen los expertos del sector, como Miguel Huerta, secretario en Asturias de la Asociación Nacional de Industrias de la Carne en España. Él considera que es un buen momento para los ganaderos y también para los mataderos, pero entiende que se trata de una situación complicada para los transformadores.

En Asturias, solo se transforma el cerdo, ya que a duras penas se crían unos pocos gochos de la raza asturcelta, mucho más caro que el que se adquiere en los mataderos de España. Mientras, los macelos nacionales y también los ganaderos se muestran encantados de vender a China a precios más altos dada la peste porcina. Una enfermedad que Huerta describe como "muy oscura".

Sin embargo, la venta masiva desde España podría estar cerca de acabarse. "Habrá que verlo", comenta Huerta. Si los chinos recurrieron a Europa fue por no comprar a Estados Unidos, con quien estaban enemistados. Una relación que ha virado hacia amor mutuo -no en vano, los chinos tienen comprado un importante porcentaje de la deuda pública del país norteamericano-, habiendo firmado un convenio comercial que supondrá el trasiego de materias primas por valores económicos astronómicos, desde Estados Unidos hasta el gigante asiático.

Así las cosas, si España vende menos cerdos a China, el precio bajará, al tener que colocarlos en manos de productores nacionales, no dispuestos a pagar los precios que ponen sobre la mesa los asiáticos. Esto implicará que los transformadores del cerdo asturianos, la mayoría en Noreña, pagarán menos por la materia prima, sus costes de producción -a la hora de hacer chorizos o panceta- se reducirán y los precios para el consumidor también disminuirán. El efecto no será inmediato. El mercado, pues según Huerta tardará dos o tres años en reajustarse para los transformadores.

Por otra parte, se descarta que la alerta mundial por el coronavirus o la salida de Reino Unido de la UE vayan a tener algún tipo de incidencia en el mercado de la carne en Asturias. No se espera que las exportaciones aumenten ni disminuyan.

Compartir el artículo

stats