Hace 60 años, las parroquias rurales de Guimarán y El Valle estaban de enhorabuena. Un nuevo centro educativo para los alumnos de la zona rural abría sus puertas en el barrio de La Vega, en la parroquia de El Valle. Desde entonces, muchos han sido los vecinos de las dos parroquias limítrofes que han pasado por sus aulas y, en la actualidad, el centro rural sigue abierto con 20 alumnos matriculados repartidos en dos clases diferentes. Actualmente, Mirta Morán Martínez, directora del centro, lleva las riendas de esta escuela rural, y se ha convertido en maestra pionera en la implantación de pedagogías activas en la escuela rural y, a su vez, es representante en el Observatorio de la Escuela Rural, nombrada por la consejería de Educación. Junto a ella está Lorena Piquero Pérez, maestra encargada de la enseñanza de Primaria, así como docentes de apoyo en diferentes asignaturas que provienen del colegio público Poeta Antón de Marirreguera de Candás.
El nuevo centro educativo cumple 60 años pero siempre mirando hacia sus orígenes. De hecho, este aniversario coincide con las pretensiones del Ayuntamiento de Carreño de devolver la campana que antaño repicaba en las escuelas de Guimarán-El Valle -ubicadas en otro espacio cercano-. Y es que las dos parroquias de Carreño ya contaron con escuela desde 1891, pero exclusivamente para niños y para alojamiento del maestro. Esa escuela se abriría en Guimarán y fue fundada y construida por Fructuoso Busto, natural y vecino de la parroquia que había hecho fortuna en La Habana.
El Ayuntamiento supo de la existencia de la antigua campana de la escuela rural gracias a José Luis Fernández, quien fue maestro en este centro educativo durante muchos años. José Luis es natural de La Caridad, dio clase en esta escuela rural de Carreño y luego hizo lo propio en el colegio Francisco Fernández en Cancienes (Corvera). Allí - cuando en Carreño solo existía un colegio y hasta que se construyó el Poeta Antón- cursaron la educación primaria muchas generaciones de carreñenses de la zona rural. La campana en cuestión la vio el pasado 4 de marzo Luis Saro, experto en restauración y conservación de obras de arte, quien elaborará un documento técnico para poder recuperarla y ubicarla en el entorno del actual centro escolar.
Precisamente la antigua escuela fue vendida recientemente por sus propietarios, la familia de Casa La Viuda, descendientes del fundador, y hoy tiene uso residencial. En su día, esta familia se quedó con el edificio que albergaba la escuela rural y cedió unos terrenos -ubicados a unos 300 metros- para construir la nueva escuela, la actual, que este año cumple 60 años.
Los inicios de la primera escuela de la zona fueron duros, como ocurre con todo. Los vecinos reclamaron poder escolarizar también a niñas y por ello durante 34 años hubo una escuela anexa a la de los niños para las niñas de la zona, cuyas familias tenían que pagar 420 pesetas para alquiler del local y otros gastos. Sin embargo, este espacio carecía de todas las comodidades. Por ello, el centro tuvo que cerrar en dos ocasiones, una durante ocho meses, en 1922. Estos problemas se solventaron con la construcción de la nueva escuela rural donde había espacio para niños y niñas de las parroquias de Guimarán y El Valle.
