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Desazón en los locales de eventos, cerrados en las fechas fuertes: "Nos va a llevar al límite"

Los empresarios lamentan la incertidumbre en plena primavera, sin perspectiva de abrir, y reclaman más información y más ayudas

Asistentes a una espicha en un llagar de Siero. MIKI LÓPEZ

Abril y mayo son los meses por excelencia de celebración de comuniones. Además, la primavera, con la mejora del tiempo, trae consigo la organización de espichas y distintos eventos, sin olvidar las bodas que comienzan su temporada álgida. Y todo ello está parado a cuenta de la crisis sanitaria derivada de la pandemia del coronavirus. Un frenazo para los restaurantes y llagares de Siero y Llanera que organizan estos banquetes y que están viviendo el parón laboral con mucha incertidumbre.

Han tenido que cancelar o modificar fechas y no saben cuando podrán volver a abrir de nuevo. Un tiempo en el que no entra dinero en la caja, pero en el que deben hacer frente a los gastos corrientes que van a llevar a muchos empresarios al límite, advierten. "Esta época es nuestro agosto, se concentran muchos eventos además de las comuniones. Abril está perdido, mayo parece que también y junio se perderá entero si seguimos así", lamenta Alberto Fanjul, del llagar Quelo de Tiñana (Siero), con pocas esperanzas de recuperar las pérdidas generadas por el confinamiento. "Es terrorífico", añade.

Y así lo advierte también Loli Arbesú, del restaurante Arbesú de Santa Marina, en Siero: "Es un caos inmenso porque esta época de primavera sostiene el año entero, es el refuerzo económico tras el invierno, y estar cerrados tiene un impacto fuerte en los negocios, de los que muchos, me temo, irán a la quiebra; es lamentable", señala la mujer, también desesperanzada debido a las consecuencias económicas que supone el cierre.

También en Llanera, el restaurante Peña Mea afronta el parón obligado con cancelaciones y cambios de fecha de comuniones y bodas. "Tenemos que reubicar todo porque además 2020 ya está cubierto, hay gente que está cogiendo un viernes y otros ya directamente en 2021 y luego están todas las bodas que quedan, algunos ya cancelaron y otros están esperando", detallan Eva y Luz González Gutiérrez.

A las cancelaciones se suma que los empresarios deben afrontar pagos a proveedores, gastos corrientes, así como afrontar tributos municipales e impuestos como el IVA, "lo que nos lleva al límite", dice Arbesú. En opinión de las hermanas González, las medidas de apoyo anunciadas para apoyar la actividad empresarial "no son proporcionales a las pérdidas que va a provocar esta crisis". Y también les preocupa la situación laboral de los empleados. "Tenemos sesenta personas trabajando y no sabemos en qué fecha van a volver y no podemos decirles nada porque no se sabe nada, hay mucha incertidumbre", declaran.

De ahí que exijan una mejor comunicación por parte del Gobierno, al que piden evitar hacer las publicaciones oficiales a última hora de la noche, pocas horas antes de que se empiezan a aplicar. "Es lo que más echamos en falta, debemos ser avisados con más tiempo", remarcan las dueñas del restaurante llanerense. Además, todo hace indicar que la hostelería será de los últimos sectores en reincorporarse a la actividad. De ahí que Arbesú estime necesario permitir la apertura "sin aglomeraciones, con mascarillas, pero deben permitirlo porque si no el turismo y el sector servicios no se van a poder levantar de esta".

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