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Muere en Bolivia la hermana Araceli, una praviana que entregó su vida a los demás

La religiosa Fermina Revuelta, de 99 años, desplegó en La Paz su obra, todo un referente por "tratar a la gente con justicia y dignidad"

Araceli Revuelta, en 2017, en su domicilio de Pravia, durante una visita. MIKI LÓPEZ

Una vida que fue todo un ejemplo. Fermina Revuelta Arias, conocida como la hermana Araceli, falleció ayer en La Paz (Bolivia) a los 99 años a causa de la enfermedad de pulmón que padecía. La hermana de la orden de las misioneras dominicas del Rosario, natural de Pravia, deja un amplio legado como enfermera y misionera después de una vida dedicada a los más necesitados . Una mujer entregada a los demás y que ha sido una personalidad muy relevante en el país andino, donde ha desarrollado su obra.

"Estamos muy entristecidos, porque aunque tenía una edad avanzada, estaba con buena salud, no esperábamos que fuese tan grave", explicó consternada su sobrina Aurora Revuelta, quien ha seguido sus pasos como médica destinada en distintos países del mundo. Su tía, la hermana Araceli, es su ejemplo a seguir en la vida y profesionalmente. Todo un referente por "tratar a la gente con justicia y dignidad, porque luchó por los más pobres".

La hermana Araceli, nacida en 1921 en la villa, entró en la orden religiosa y se tituló como enfermera. En 1955 viajó por primera vez a Latinoamérica. En 1959 se instaló en El Alto, el barrio más pobre de La Paz, "donde desarrolló su asombrosa trayectoria religiosa y profesional", comenta Enrique Oltra, profesor de Enfermería de la Facultad de Gijón. A pesar de las condiciones ínfimas del lugar, Revuelta fundó un dispensario y, después, el centro materno "Santa María de los Ángeles" para atender a la población. También acudía a atender las comunidades andinas y selváticas bolivianas, donde desplegó campañas de salud comunitaria, con especial atención a los niños y a aquellos con discapacidad. "Tenía a mucho honor haber asistido a más de mil parturientas con ninguna madre muerta, pues en las condiciones en las que están es una heroicidad", comenta Oltra, quien destaca que Revuelta era una mujer con gran respeto en Bolivia. Capitaneó la lucha contra la epidemia del cólera, entre otros, y cuenta con numerosos reconocimientos oficiales. "Ha recibido visitas de altos mandatarios y me consta que tenía acceso directo a los presidentes del Gobierno bolivariano". Para Oltra, la hermana Araceli será por siempre una de las personas "más valiosas" que ha conocido.

"Era una Revuelta por completo, con energía y fuerza, no se le ponía nada por delante", recuerda Paco Donate, quien fuera párroco de Pravia y amigo de la familia. Él participó en un sentido homenaje que se le brindó a la religiosa en Pravia en 2017 y aún mantiene sus palabras: "Una mujer entregada al ciento por ciento, que puso siempre su trabajo por delante de todo lo demás y ha hecho un trabajo muy grande".

Una labor en Bolivia que también destacó la edil de Cultura de Pravia, Valle Iturrate, quien pone de relevancia el asombro con el que regresaban los pravianos tras viajar a conocer la obra de Revuelta. "Venían asombrados de su capacidad de trabajo y respuesta y de cómo se movía a todos los niveles". En su opinión, la hermana Araceli es un extraordinario ejemplo y un referente en Pravia.

Lo cierto es que la vida y obra de Revuelta no deja a nadie indiferente y su muerte ha generado hondo pesar en su tierra, adonde viajaba cada dos años. Este verano tenía previsto regresar.

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