La redistribución de los servicios municipales que llevará a cabo el Ayuntamiento de Siero no acaba de convencer a la mayoría de los vecinos. Estos entienden que llevar la oficina técnica municipal a Lugones ocasionará dificultades para los residentes en la zona rural, que deben tomar varios transportes y supondrá tener que acudir tanto a Lugones como a Pola de Siero para poder completar varios trámites. Algunos incluso ponen en duda que el cambio se lleve a cabo para liberar espacio en la Casa Consistorial, de cara a que los ciudadanos que acudan a hacer trámites puedan mantener la distancia de seguridad.
Este cambio en la distribución de servicios lo adelantó LA NUEVA ESPAÑA el pasado viernes y supondrá trasladar a los arquitectos y técnicos municipales al nuevo centro polivalente de Lugones que abrirá dentro de una semana. Aun así, los técnicos acudirán una vez cada siete días a la Pola para atender a los vecinos.
Con todo, esta noticia no ha gustado a los sierenses. Lo ven especialmente engorroso los residentes en la zona rural. Por ejemplo, los vecinos de la parroquia de Lieres.
Según explica Julio José Martínez, "se trata de una queja vieja, ya que parece que se mima más a Lugones que al resto del concejo". Para el, los que viven en los pueblos, "parece que estamos abandonados".
Esta sensación de desamparo radica en la dificultad que les puede suponer recorrer los kilómetros que hay hasta Lugones en caso de carecer de vehículo particular. "Para ir hasta allí desde Lieres en transporte público se tarda horas. Pierdes casi todo el día, mientras que si bajas a la Pola, en un par de horas, estás en casa de vuelta", asevera.
El problema es la combinación de transportes que deben realizar. "Tenemos que ir en el FEVE hasta La Corredoria y allí coger otro", explica. Un trayecto que se complica en caso de querer hacerlo en autobús: "Es todavía más engorroso. Para la gente mayor es un palo", lamenta Martínez.
También lo tienen complicado los que residen en Argüelles. La presidenta de la asociación de vecinos de la parroquia, Loli Prendes, explica que "para quien tiene coche es lo mismo, pero para quien no es un incordio". Ella cuenta que para llegar a Lugones deben coger la línea que va a Oviedo y allí el transporte urbano.
Prendes advierte que el único problema no es la forma de hacer el desplazamiento, sino la posible necesidad de hacer trámites en ambas localidades, al estar los servicios divididos. "Lo mejor sería hacerlo todo en la Pola, como siempre y no tener que estar dando más vueltas", concluye.
Precisamente, los que residen en la Pola reivindican su carácter de capital del concejo. "Lo que quieren es moverlo todo para Lugones porque el Alcalde es de allí", opina Belén Ardura.
Ella insiste en la idea de que "Lugones es quien debe depender de la Pola" y pone un ejemplo: "En Oviedo no se les ocurre mandar un servicio municipal para Olloniego".
Menos reacio al cambio se muestra Cesar Solís, vecino de San Miguel de la Barreda. El entiende que "lo mismo da en un sitio u en otro, mientras se preste el servicio". Incluso apunta que les es más rápido llegar a Lugones que a la Pola.
Solís insiste en primar "la seguridad" y ve correcto que se muevan servicios municipales al principal núcleo del concejo. "También es Siero, ¿no?", concluye al respecto de esta situación.
Mientras, en la localidad que a partir del lunes acogerá la oficina técnica, los residentes ven con buenos ojos el cambio. Lo explica Eduardo Ferreira, peluquero de la localidad. "Estos cambios están bien siempre que sean para el beneficio de la mayoría y por dar facilidades", argumenta.
A pesar de todo, entiende que se pueda reavivar esa llama "del enfrentamiento latente entre Pola de Siero y Lugones y habrá quien piense que esto viene porque se ha hecho el edificio nuevo y el Alcalde es de aquí", puntualiza.
En principio, los cambios ya están decididos y esta misma semana comenzará la reorganización que se alargará varias semanas, hasta que la totalidad de la plantilla municipal se reincorpore al trabajo presencial.
