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Alejandro Ordieres, con algunos de los productos exóticos de su huerta. Vicente Alonso

El maliayés que experimenta con las verduras exóticas

Alejandro Ordieres experimenta con la producción de verduras y hortalizas exóticas, que tienen aceptación en el mercado local

Las huertas y cosecheros de Villaviciosa nunca dejan de sorprender. Así se puede comprobar en la huerta de Alejandro Ordieres Menéndez, que a sus 25 años es un experto horticultor, una afición en la que comenzó hace 15 años plantando sus primeras hortalizas y verduras en un terreno, casi urbano, en Samielles. “Desde bien pequeño ya me gustaban las plantas y flores. A los 10 años empecé a plantar en esta huerta aprendiendo los secretos de los cultivos de todo un maestro para mí que fue Enrique Llosa”, señala Ordieres, que decidió completar su aprendizaje con cursos de Producción Agroecológica en la Formación Profesional Agraria del Instituto de Secundaria de Luces, en Colunga.

Hasta hace muy poco sus cultivos siempre habían sido los tradicionales: repollos, tomates, coles, pimientos, acelgas, patatas o fabes. Pero este entusiasta agricultor ha decidido experimentar plantando nuevas verduras y hortalizas que, según asegura, hasta ahora no se cultivaban en la huerta asturiana. “Estoy en un grupo de intercambio de semillas y huertos de exterior que me aporta muchas ideas. Y estoy recogiendo mi primera cosecha de verduras de invierno como el pak choi, oriunda de China, y los colinabos, un cruce entre la col y el nabo que se cultiva en el norte de Europa y en Norteamérica. También recolecta nabos negros, una variedad originaria de Asia.

Un centenar de piezas

“Estoy muy contento porque la experiencia está resultado un éxito y estoy recogiendo casi un centenar de piezas”, añade Ordieres, que vende sus cosechas directamente a particulares y en la plaza de abastos de Villaviciosa. Unos cultivos para los que, dice, puede haberle ayudado que la tierra de su huerta sea arenosa, rica en nutrientes y que, aunque mire al sur, mantenga una buena humedad por estar junto a un arroyo.

“Me gusta consultar en internet y con mis amigos del grupo para aplicar sus consejos y cuidados en aspectos como el riego, trasplantes o el escardado”, apunta, asegurando que como es su afición disfruta experimentando con su trabajo.

“Estos productos cada vez son más apreciados y ya tengo clientes fijos que ya me los están comprando. Son naturales, saludables y se prestan a un sinfín de recetas muy ricas”, explica Ordieres, que ya está planeando experimentar con otros novedosos cultivos.

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