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Aperos a la intemperie en Siero: 4 años para un permiso de caseta

Antonio Mora, propietario de una vivienda en Muñó, no logra que el Principado le autorice una garita para guardar útiles de jardinería

Alfonso Mora, ayer, delante de su casa de Muñó (Siero). | A. I.

Los aperos para cuidar el jardín y el huerto se mojan inevitablemete, resguardados levemente por un tendejón. Sucede muchos días de este invierno en Muñó, en la casa que compró hace nueve años el andaluz Antonio Mora. Quería vivir allí con su esposa, “pero cada vez se me quitan más las ganas”. El problema, que el domicilio es pequeño y no tiene sitio para guardar los elementos del jardín, ya que la Comisión de Urbanismo y Ordenación del Territorio de Asturias (CUOTA) lleva cuatro años denegándole el permiso para poner una caseta.

“Cuando compramos la casa, estaba por terminar. Estudiamos muy bien que se pudiera hacer obra, pues el suelo era no urbanizable de interés”, rememora el hombre.

Se informaron en el Ayuntamiento de Siero y decidieron adquirirla y completar la obra. “En ese momento ya les planteamos a los arquitectos municipales que queríamos ampliar con un anexo para los aperos de jardín y nos dijeron que era mejor esperar, pero que no debería haber problema”.

Avanzado 2017, decidieron ponerlo en marcha. “La gente nos decía que lo hiciéramos sin permiso, pero no somos así”. Encargaron un proyecto arquitectónico y lo entregaron por registro. “No lo acababan de mandar a la CUOTA y fuimos por allí. Después de decirnos que no habría problema, los técnicos municipales nos confesaron que un arquitecto de este organismo estaba dando siempre para atrás a estas ampliaciones, que era un problema generalizado en Siero”.

Entonces, con el visto bueno del Ayuntamiento al proyecto, se decidieron a ir a verle. “Me dijo que en el campo solo deben vivir los ganaderos y los agricultores”. Su respuesta le dejó en shock, aunque finalmente “arrancamos su compromiso de valorarlo”.

Se lo denegaron, para su sorpresa y decidió modificar el proyecto. La respuesta volvió a ser negativa. “Nos sentimos atrapados por la administración, la normativa y, sobre todo, por la interpretación particular que hace este arquitecto de ella”, lamenta Mora.

Este explica que “en Siero hay mucho suelo con la catalogación que tiene el nuestro”, por lo que cualquier ampliación es rechazada por la CUOTA. Un mal endémico que “aleja a la gente de la zona rural”. Denuncian Mora y su esposa que ellos pagan los impuestos, pero no reciben servicios, “como el agua y el saneamiento”, a la vez que tampoco les permiten “hacer una instalación que es mínima”.

Sumido en la desesperación, de la mano de su abogado, pretende luchar hasta el final para tratar de que se le reconozca n sus derechos. “Vamos a presentar un escrito próximamente, antes de tener que llegar al contencioso. Si hace falta iré al Tribunal Superior de Justicia, porque esto no tiene sentido”.

En principio, este problema no es exclusivo del concejo de Siero, sino que se da en toda Asturias. Pero, según le apuntaron los técnicos municipales a Mora, “hay mucha gente en la misma situación de no poder poner una caseta”. Frente a la adversidad, dice con seguridad, su lucha va a continuar, siempre con la ley en la mano, eso sí, incide.

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