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Nanas para acunar a la escuela rural en Carreño

Los niños de las aulas de Guimarán-El Valle y Logrezana preparan una función de fin de curso para cerrar un “año complicado”

David Colado, en un ensayo en la escuela de Guimarán-El Valle. A la izquierda, un niño con la partitura de la nana. | B. G.

Cada viernes llega un oasis de desconexión para los alumnos de las escuelas de Guimarán-El Valle y Logrezana. David Colado, director de la Escuela de Música de Candás, aparece por las aulas, y los pequeños ya saben que les toca media hora de música. Y solo hace falta ver sus caras para hacerse una idea de la ilusión que les genera. En la cabeza de los niños, además, hay una fecha, la del 23 de junio. Noche de San Juan, penúltimo día lectivo y jornada elegida para llevar a cabo un concierto en el que pondrán en práctica todo lo aprendido y el punto y final al que posiblemente haya sido el curso escolar más difícil de la historia.

Desde finales de 2020 se llevaba en la Escuela de Música y en el Ayuntamiento de Carreño dando vueltas a este proyecto, que se materializó al fin en febrero de este año. Eligieron una nana tradicional para que los alumnos de las escuelas rurales la representaran en un concierto en el que habrá más actuaciones pero en el que la de los más pequeños será la central.

Se ha recurrido a este tipo de composiciones para acunar el sueño de los más pequeños con un objetivo, que fueran los abuelos y familiares los que dialogaran con los niños para elaborar un primer listado de nanas entre las que elegir. La participación es triple: escolares, mayores y familiares y Escuela de Música.

Un trabajo colectivo que se materializará, además del día de la actuación, en una jornada de ensayo los días previos al concierto, acompañados ya los más pequeños del piano. El Coro de Candás estará también apoyando a los casi 40 alumnos de toda la educación Primaria que interpretarán la añada “A las puertas del cielo”.

La adaptación de esta obra la ha realizado Carlos Rubiera, conocido compositor en lengua asturiana, que es el abuelo de uno de los alumnos. También ha participado en el proyecto la cantante Mari Luz Cristóbal, con otro nieto entre los estudiantes.

El proyecto lo encabeza David Colado, director de la Escuela de Música, que es el que cada viernes se desplaza a estas escuelas. “Lo estoy disfrutando muchísimo, estas aulas tienen una energía muy especial. La respuesta fue perfecta. No tenía yo muy claro que las nanas fueran a calar y la verdad es que se les ve entusiasmados”, explica.

Ese entusiasmo se aprecia desde que se pone un pie en las escuelas. Los niños reciben a David Colado con alegría y aprovechan ese momento para desconectar de la rutina diaria. Sin duda, la nana que van a interpretar se acabará convirtiendo en un himno, como explica Mirta Morán, profesora de la escuela de El Valle: “Se la saben, la cantan en casa, están todo el día cantándola. Están emocionados. No tengo muy claro si saben lo que a ser la actuación…”. Serán más de 30 niños los que lleven a cabo la interpretación, la mayoría de ellos de la escuela de Guimarán-El Valle, pero también estarán los ocho que forman la escuela de Logrezana, que como explica el profesor David González, ya piensan en ese acto final. “Les ilusiona saber que va a haber una fiesta, que parece que se nos olvidó un poco. Con distancia de seguridad, con protocolo, con todas las precauciones, pero va a haber una reunión grande que se sale de la monotonía en la que estamos instalados”, señala el docente.

Ese es, sin duda, el objetivo hacia el que caminan viernes tras viernes, encontrando en la música y en las nanas una vía de escape a un año complicado por el covid.

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