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Un grupo de participantes, con sus creaciones. | B. G.

El Museo Antón se traslada al futuro

El centro de Candás acoge talleres para niños en los que se preparan “maletas de recuerdos” que viajarán al próximo milenio

“He descubierto que las serpientes tienen a sus crías en huevos dentro de sus barrigas hasta que están a punto de nacer y luego ponen los huevos. También que el veneno de las serpientes pequeñas es más fuerte que el de las adultas”. Esta explicación la da la niña de ocho años Laila, una de las asistentes a los talleres que se están impartiendo estos días en el Museo Antón, en Candás, en una postal que escribió con recuerdos para llevarse al futuro. Porque, ¿quién sabe si en ese futuro tan lejano –año 3021– van a existir siquiera las serpientes? La pregunta se la hacen los pequeños y ese es el objetivo de estas actividades. Que desarrollen inquietudes, conocimientos y realicen trabajos manuales buscando transportar todos esos recuerdos o sentimientos a un mañana en el que no se sabe si muchas cosas, conceptos o especies seguirán existiendo.

Durante los meses de julio y agosto, la buhardilla del Museo Antón, apartada de las exposiciones que llenan las paredes del centro, ha ido acogiendo a cuatro grupos de seis niños, que se imaginan un futuro lejano al que se tendrán que llevar sus recuerdos del presente.

Los pequeños, durante las actividades. | B. G.

Mediante diferentes técnicas de manualidades, han construido sus vehículos con cajas de cartón, hecho sus propios trajes para vivir en ese futuro y meten en una maleta todo lo que se quieren llevar para poder recordar como era ese tiempo que antes habían vivido. Todo ello además con material reciclado. Una serie de actividades que explica la monitora Laura Soriano: “En una maleta van a meter los objetos que serían útiles. Ahora están haciendo postales con pensamientos, recuerdos, conocimientos. Con lo que se quieren llevar del presente”.

“La realización de este tipo de actividades es una de las que más dinamiza la existencia de un Museo, al tiempo que favorece el desarrollo de la capacidad creativa y facilita un aprendizaje teórico-práctico del arte”, explica Dolores Villamuriel, directora del Museo. Los cursos arrancaron en el mes de julio y se prolongan también este mes de agosto.

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