La estructura de lo que será el nuevo puente de Quinzanas, en Pravia, coge forma. El ensamblaje de las piezas prefabricadas que lo compondrán y que llegaron a principios de esta semana están en fase de montaje y en la zona ya se puede observar el gran armazón metálico que será posteriormente izado con grúas para su colocación, apoyado sobre las dos pilastras que quedan de la antigua pasarela sobre el río Narcea, en la carretera AS-39. Pero los vecinos de la zona llevan tiempo reclamando que se dé más agilidad al proyecto. Ayer se manifestaron para eso, para exigir rapidez en la conclusión de las obras.
Estas, con un presupuesto de 507.000 euros, se declararon de emergencia tras tener que retirarse el antiguo puente por el hundimiento de una de las pilastras centrales. Esta situación supone que los vecinos de Quinzanas y Pronga no dispongan de su tradicional comunicación con la capital praviana y Cornellana a través de la carretera AS-39, lo que les obliga a un gran rodeo.
En la concentración de ayer ante las obras volvieron a reclamar que la consejería de Medio Rural marque un día en el calendario para la reapertura.
“La fecha que dio la directora general de Infraestructuras, Esther Díaz, cuando vinieron con toda la parafernalia fue el final del verano. Quedan unos días para que se acabe el plazo pero seguimos esperando que se termine el puente, queremos saber qué falló en la hoja de ruta y que vengan para que nos lo expliquen”, reivindica Ramón Martínez Campo, vecino de Quinzanas.
Los afectados, también de la localidad praviana de Pronga, señalan que el bloqueo del paso está suponiendo un esfuerzo económico para todos, además de grandes dosis de paciencia, por el rodeo que están obligados para acceder a la villa de Pravia. “Pasé de tardar seis minutos a más de veinte y eso es dinero en gasóleo o taxis”, apuntó Juan Ramón Martínez, quien señala que también se han dado retrasos en el acceso de los servicios sanitarios de emergencia: “El otro día una ambulancia desde Soto tardó la tira”.
Pero lo que más molesta a los vecinos es que los escolares de Quinzanas y Pronga se han quedado este curso 2021/2022 sin la ruta de transporte escolar. “Les dan una ayuda de 150 euros a los padres para que se arreglen como puedan”, lamenta Mariano Rubiera, quien considera que, junto con las empresas de la zona, son los más afectados “porque se tienen que pegar madrugones”.
Por otro lado, los vecinos entienden que se actuó tarde en el puente pues los daños en la pilastra central, que causó el hundimiento de la plataforma en las Navidades pasadas, fueron advertidos hace más de tres años “pero no actuaron hasta que se caía”, afea Campo. “Y ahora llevan nueve meses para reforzar dos pilastras y colocar el puente, estuvieron días y semanas sin trabajar y empezaron en agosto a hacer algo”, añade.
