Un hombre delgado, de corbata rosa, periodista, cronista oficial y funcionario, sin el que “Cabranes no se entendería”. Enrique Corripio recogió ayer la medalla conmemorativa que le reconoce como hijo predilecto del municipio, a cuyo servicio ha estado durante la práctica totalidad de su vida. Un acto emotivo, por el cariño que le transmitieron los vecinos, coincidiendo en lo merecido de un reconocimiento que él consideró “excesivo”, aunque aceptó de buen grado. Eso sí, optando por “dar el protagonismo a una serie de excelentes ponentes” que compusieron la mesa redonda que él mismo moderó y en la que se habló sobre el reto demográfico como parte del acto de ayer en Santolaya.

En la plaza junto al Ayuntamiento, en un escenario coqueto, acompañaron a Corripio Jaime Izquierdo, Comisionado del Principado para el reto demográfico, la veterinaria Carolina Pereira y Oscar Rodríguez, profesor de Ciencias Políticas. También subió a mostrarle su cariño el alcalde, Gerardo Fabián. “Es un día especial para Cabranes, una jornada muy importante”, dijo.

A continuación, se deshizo en elogios hacia Corripio, de quien destacó su carácter polifacético, que le ha permitido elevar al concejo desde múltiples posiciones. “Cabranes no se entendería sin Corripio”, aseguró. También tuvo palabras de cariño con el cronista el artista Santos Monestina, encargado de hacerle un retrato que acompañó como regalo a la medalla. “Cuando Corripio te hacía una entrevista, salía todo exacto”, bromeó el pintor, encantado de poder participar del homenaje. Corripio agradeció a la Corporación, a los vecinos, amigos y medios de comunicación el reconocimiento y que le permitieran hacer el acto con un formato en el que cobró protagonismo la mesa redonda.