“¡Abrid ya!” es lo que gritaban ayer los vecinos de Quinzanas y Pronga, en Pravia, mientras esperaban la apertura del nuevo puente sobre el río Narcea, cerrado al tráfico rodado y peatonal desde el uno de enero de este año debido al hundimiento de la pilastra central de la antigua infraestructura y que obligó a su desmontaje y sustitución. Una caravana de coches y también de personas a pie inauguró el paso, en el que la Viceconsejería de Infraestructuras del Principado de Asturias ha invertido 1,5 millones de euros para cambiar la pasarela.
Y, por fin, a las 17.30 horas de ayer, se abrió el puente al tráfico con los vehículos pitando el claxon mientras lo atravesaban. Incluso hubo algún volador en el cielo de la alegría que tienen los vecinos afectados: “Estamos contentos porque después de once meses de espera se nos hizo largo, pero creemos que ha empeorado el paso porque antes se cruzaban dos coches y ahora no, parece que se están riendo de nosotros”, apuntó Mariano Rubiera, quien en estos meses ha hecho de portavoz oficioso de los vecinos de Quinzanas y Pronga. Estos se han visto obligados durante las obras a dar un rodeo por San Tirso y San Román de Candamo de casi media hora frente a los escasos cinco minutos que tardan en llegar a Pravia cruzando el puente.
Así, tras una larga espera los afectados ya pueden recuperar su comunicación habitual con la villa. Pero los vecinos también echaron en falta la presencia de representantes del Principado y del Ayuntamiento de Pravia en la apertura del nuevo puente. “Hasta Franco venía a inaugurar las obras”, dijo Rubiera, visiblemente molesto. “Será que no se atreven”, sugirió.
La inauguración de la nueva infraestructura se hizo cortando una cinta que hasta ahora prohibía el paso a coches y viandantes. Y, rápidamente, se llenó de coches y vecinos, muy contentos de poder recuperar su conexión con la villa de Pravia.
Entre los que se acercaron a conocer la nueva pasarela sobre el Narcea estuvo el presidente de la Sociedad de Pescadores “Las Mestas del Narcea”, Enrique Berrocal, pues se trata de uno de los puntos referentes de la pesca del salmón. Con la nueva estructura, con unos arcos metálicos, teme que las personas con movilidad reducida, que tienen el puente de Quinzanas como punto de lance, no puedan disfrutar de la afición como hasta ahora. “Mucho me temo que lo van a tener difícil y habrá pescadores que saltarán la valla para pescar”, vaticinó Berrocal. También se ha modificado el fluir habitual de la corriente, sostiene.
