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El gran reto de la sidra con denominación: duplicar la producción en cuatro años

El consejo regulador busca un “marco estable de precios razonables” para incrementar las cosechas de manzana de variedades seleccionadas

La sidra con denominación de origen protegida (DOP) bate récords veinte años después de su puesta en marcha, pero no se conforma con lo logrado hasta el momento. El sector ha completado una gran revolución tecnológica y quiere más. El objetivo del consejo regulador, presidido por Guillermo Guisasola, es duplicar la producción de manzana seleccionada y la elaboración de sidra acogida a la marca en el plazo de cuatro años. En 2021 se recogieron 8.360.391 kilos de fruto de las 76 variedades acogidas a la denominación y se produjeron 6,1 millones de litros de sidra controlada por el consejo.

Luchar contra el fenómeno de la vecería (alternancia bianual de cosechas) y recuperar la ilusión de los cosecheros “con un marco estable de precios razonables” son otros de los objetivos que se marca el sector en la memoria en la que su presidente, Guillermo Guisasola, analiza los positivos resultados de la campaña de 2021 y las perspectivas de futuro de un producto que ha experimentado un espectacular desarrollo en lo que va de siglo y cuya cultura está a un paso de ser declarada Patrimonio Mundial por parte de la Unesco. La calidad, el escanciado, el turismo ligado a la sidra y la incorporación y diversificación de nuevos productos elaborados con manzana asturiana que permitan vender fuera de la región figuran también entre las metas estratégicas que se han marcado Guisasola y su equipo.

Los 33 llagares acogidos a la marca elaboraron en 2021 un total de 6.107.056 litros de sidra, frente a los 2.066.631 litros del ejercicio precedente, marcado por el covid. El consejo entregó 4.091.000 precintas de botellas, el 94% de ellas de la variedad natural de escanciar. El valor comercial del producto fue de cinco millones de euros.

Un aspecto llamativo derivado de la pandemia y de las restricciones es que la venta a través de pedidos online por internet creció en 2021 un 22% con respecto al año anterior, si bien el canal hostelero sigue siendo muy mayoritario y suma ocho de cada diez botellas que salen al mercado.

También llama la atención el hecho de que, tras unos inicios dubitativos, la sidra natural espumosa acogida a la denominación de origen está experimentando un importante auge de ventas, fundamentalmente en los mercados de fuera del Principado. Solo durante el último año, la variedad creció un 36%, al pasar de 118.000 a 160.812 botellas. El 65% de ellas se vendió en otras comunidades españolas y el 7% fuera de España.

En cuanto a las pumaradas, en 2021 se batió el récord de producción de la denominación, con un total de 8.360,3491 kilos de manzana. Hay 376 cosecheros que trabajan parcelas que suman 950 hectáreas de terreno.

Se trata de cifras impensables hace dos décadas y que el consejo aspira a duplicar de aquí a 2026. Ese es el gran reto cuantitativo de la sidra de calidad.

Convencer al cliente de que no toda la sidra debe tener el mismo precio, objetivo del sector


No toda la sidra tiene que tener necesariamente el mismo precio, ni siquiera parecido. Convencer a los consumidores habituales de la necesidad de una liberalización real y efectiva del coste de una botella del caldo asturiano es uno de los objetivos que se marca el sector sidrero regional para los próximos años, según consta en la memoria del consejo regulador de la denominación de origen. Se trata de la marca de calidad que garantiza una elaboración con manzanas asturianas de las 76 variedades seleccionadas por los expertos y en base a unos procesos modernos pero respetuosos con una centenaria tradición. Otra de las metas de futuro que se marca la sidra asturiana con marca de calidad consiste en llegar mejor a los jóvenes, un sector de la población en el que la cerveza supone una durísima competencia. La proliferación en los últimos años de marcas que comercializan la sidra en botellines de un tercio es una de las medidas puestas en marcha por determinados llagares para captar clientela entre el público que se decanta más por la cerveza que por el mosto fermentado de la manzana. Como novedad, sale ahora al mercado una sidra en botella de tercio que ha sido fermentada con lúpulo y que, por tanto, aunque salvando las distancias, recuerda el amargor típico de la cerveza.

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