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Raquel Álvarez, ayer, delante de la capilla de los Dolores de Grado. | S. Arias

"Este año superaremos los 133.500 kilos producidos en 2021, nuestro récord"

"Asturias cada vez introduce más los quesos en la gastronomía y en el turismo, pero no pone en valor el gran potencial que atesoran"

Raquel Álvarez (Grado, 1987) es la presidenta del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida (DOP) del Queso Afuega’l Pitu, entidad que este sábado recibirá el premio "Moscón de Oro" en categoría local por parte de la asociación cultural Amigos de Grado. Un galardón que reconoce la labor de las ocho queserías que hay repartidas entre Grado, Pravia, Salas y Tineo, así como de las once ganaderías que surten de leche a los productores. La distinción llega en un buen año para un producto que lleva un lustro aumentando el nivel de ventas.

–¿Qué supone para ustedes el premio?

–Tanto el consejo regulador como los compañeros de las queserías lo recibimos con mucha ilusión y con mucho cariño. Además, personalmente, al ser moscona, lo llevo con un especial orgullo porque Grado es cuna del afuega’l pitu.

–¿Es el afuega’l pitu profeta en su tierra?

–La gente lo conoce. Si hablamos de Grado, por ejemplo, es el queso de casa de siempre y, quizá, no se le da el valor que merece porque es algo que está ahí siempre. Todo el mundo en algún momento de su vida lo comió o lo vio elaborar y, a día de hoy, se hace en muchas casas de los pueblos. Respecto a Asturias, creo que no pone en valor los quesos que tiene, el gran potencial que atesoran. Cada vez se introducen más los quesos en la gastronomía y en el turismo, pero hace falta tener más orgullo y se tiene que ver más. Es como cuando vas a un restaurante en la región, pides vino y no te ofrecen el de Cangas. Con el queso pasa lo mismo.

–Hasta hace unos años era una variedad desconocida, pero cada vez gana más consumidores. ¿Por qué cree que gusta?

–Sorprende la textura y esa cremosidad que tiene, con el picante nadie se espera ese sabor que queda en la boca. También llama la atención la forma que tiene y el nombre. Causa sorpresa y eso es bueno porque lo degustan y se quedan con él.

–¿Qué significa el nombre?

–Afuega’l pitu significa ahoga el pollo, ahoga la garganta por la textura compacta que tiene al comerlo. Después, cuenta la leyenda que antes, para saber si un queso estaba en el punto óptimo, se lo daban a un pitu y, si se atragantaba, era que estaba para comer.

–¿Cuál es el origen de este queso?

–No se puede establecer de dónde puede partir, porque es algo de siglos de tradición. Es una manera de dar salida a la leche con otro producto distinto y, además, el queso y un poco de pan alimenta y llena. Buscando dar salida a la leche comenzarían a elaborarlo y así surgió. Es un conocimiento que fue pasando de generación en generación y que espero que siga en el futuro.

–Siempre destacan que se trata de un sector de futuro. ¿Hay mercado para más queserías?

–Sí, claro que lo hay. Pero para emprender en el mundo rural te tiene que gustar, hay que ser amantes del queso, tiene que ser algo vocacional y no lo puedes plantear como si fuera algo para hacerte millonario. Luego, es un trabajo muy bonito, artesanal, que funciona con otro ritmo.

–El año pasado registraron récord de ventas. ¿Cómo evoluciona 2022 ?

–Todavía no hemos valorado el año, lo haremos en diciembre, aunque hablando con los compañeros creo que sí, que superaremos los 133.500 kilos que producimos en 2021, que es nuestro año récord. La crisis la notamos mucho en los costes de producción pero creo que, pese a ello, será un buen año de ventas.

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