Fallece a los 93 años Lucinda Fidalgo, medalla de oro del concejo de Quirós

Ha falllecido Lucinda Fidalgo, Medalla de oro del concejo de Quirós por su abnegado trabajo como hostelera durante casi tres décadas en la capital quirosana. Ayer fue despedida por decenas de vecinos en la iglesia parroquial de San Juliano de Bárzana, templo que frecuentó todos los domingos durante muchos años. El pasado día 14 de enero había cumplido 93 años.

Nacida en Faedo, a dos kilómetros de la capital quirosana, formó parte de una familia de seis hermanos y su padre fue minero. En su localidad natal fue a la escuela y aprendió a coser en Veiga. Duras jornadas de trabajo en las huertas y prados, en las brañas y puertos para ayudar en la economía familiar. Se casó con un vecino, Paulino Arias, y empezó la nueva vida en su pueblo. En los primeros años de la década de los setenta del siglo pasado, Lucinda una mujer de carácter, con las ideas claras, planteó a su marido ir a vivir y trabajar a Bárzana. Con las reticencias iniciales de este y con mucha voluntad regentaron durante un año un bar llamado popularmente "El tolete". Después surgió la ocasión de comprar una casa, muy cerca de ese primer negocio, y donde se ubicó la histórica farmacia de Castañón.

Así, en el año 1973, abre al público un bar que se llamó "Peña de Alba", pero que fue bautizado por los clientes como el "Bar Nuevo", nombre con el que se quedó hasta la actualidad.

Lucinda y Paulino (fallecido en 2022), durante 28 años bregaron día tras día, un mes y otro mes, durante esas casi tres décadas con la hostelería y una fonda, lugar donde paraban los maestros y médicos que llegaban nuevos a Quirós. En ocasiones un comedor era un local para clases teóricas de conducir, fue depósito de recados y avisos variados, de las muestras de las matanzas domésticas que recogía allí el veterinario, sirvió como lugar de transferencia de los partes de baja de los mineros, centro médico pues allí residió un galeno, don Jesús, durante diez años y los vecinos lo avisaban a través de Lucinda.

El "Bar Nuevo", que reventaba en las "ferias de bandera" que se celebraban en el municipio, era conocido también por sus callos, carne guisada y caldos. Jornadas de ferias con cientos de reses, tratantes foráneos y mucho trabajo, hubo veces de no cerrar el bar de noche y de abrir a las cinco de la mañana para atender a una marabunta de clientes. Su "arremango, descaro y garbo" le hicieron superar momentos difíciles y complicados en el mundo del chigre. Cientos de partidas de cartas, negocios y contratos, ventas de ganados o inmuebles, toda la vida del concejo, pero en clave masculina.

Lucinda recordaba en una conversación reciente como las mujeres no solían entrar en los bares en aquellas décadas de la dictadura franquista. Con una memoria prodigiosa recordaba muchos acontecimientos de su larga trayectoria, "muchos disgustos me dio el bar", comentaba, mientras desgranaba un suceso tras otro como las cuentas de un rosario. Era persona afable con un lema que resalta su carácter: "De puertas adentro en mi casa son todos iguales".

En 1988, con motivo de la canonización de San Melchor de Quirós, el primer santo asturiano, Lucinda y Paulino, junto a otros quirosanos, viajaron a Italia, en autobús, y estuvieron presentes en la Plaza San Pedro, viaje que rememoraba con cariño cada vez que surgía la ocasión. Disfrutaron de muchas experiencias nuevas, de un sinfín de ciudades en aquel viaje que duró trece días. Buenos recuerdos de una mujer creyente, muy quirosana, que defendió siempre a su tierra natal.

Tantos años de dedicación y servicio a los clientes y vecinos fue reconocido en el año de la pandemia, 2020, con la Medalla de oro del concejo, otorgada al matrimonio, Lucinda y Paulino, por el Ayuntamiento, a petición popular. Un acto discreto, por las restricciones sanitarias, y muy emotivo, que recibieron en una pequeña terraza anexa al bar donde trabajaron y vivían.