Síguenos en redes sociales:

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Estampas navetas | Cronista de Nava

De fogones y otras ocupaciones

La ofensiva publicitaria planea sobre nosotros, y los folletos de productos y regalos navideños han aumentado su número de páginas de colorines. Y faltan las elecciones.... También los días se han empequeñecido pero, cuando la niebla se levanta y la helada resulta vencida, aún es posible, cuando está despejado, contemplar el cielo, de un azul tan puro como incomparable.

Noviembre comenzó con la falta de José Ramón García Vigil, de Viobes, que nos dejó a los 54 años, y siguió con la de Rosario Cueto Rodríguez, de El Caspiu (Priandi), viuda de Raimundo Noval, que tenía 94. Faltó después, en el Ángel de la Guarda, Alicia de la Parte Alonso (Tita), viuda de José María Ordóñez.

Hubo un tiempo en el que el bar del Ángel de la Guarda, hoy desaparecido, era el punto de destino de los paseos de los navetos, caminando por la tranquila carretera general de entonces. En el establecimiento siempre resultaba posible tomar una de sidra, pasar un rato en agradable tertulia y, por supuesto, disfrutar de las habilidades culinarias de Tita, cuya especialidad, bien reconocida, era el lacón relleno.

Piloñina de Ques, de figura menuda y siempre activa, ojos claros y sonrisa fácil, fue Tita una mujer digna de admiración, que supo pelear con el bar y las labores de casa y, además, ocuparse en sacar adelante los nueve hijos que tuvo en su matrimonio con Pepe, aunque muchos la recuerden más como la excelente cocinera que fue. Y es que, algún día, habrá que volver sobre las mujeres que, con su buen hacer, dieron prestigio y justa fama a los fogones navetos.

Por último nos dejó también Ángel Devesa Calleja, que vivía en Ceceda. Curiosamente, según nos cuenta la familia, Ángel fue a nacer en Villaverde (Villaviciosa) en 1918, pues su padre, carabinero de origen alicantino, casado con una escabechera, estaba destinado en aquella zona.

Espigado, moreno y con empaque, siempre con bigote, Ángel fue partidor, es decir, un hombre preparado y con el suficiente prestigio como para intervenir en asuntos tan delicados, en la vida rural, como la valoración y el reparto de bienes entre herederos.

Para terminar, un apunte para el optimismo: la vecina de Nava María del Carmen Llamedo Pandiella ha conseguido, felizmente, alcanzar los cien años. Una excelente referencia.

Esta es una noticia premium. Si eres suscriptor pincha aquí.

Si quieres continuar leyendo hazte suscriptor desde aquí y descubre nuestras tarifas.