La herencia del conde obispo

Una interpretación sobre la arraigada tradición religiosa de Noreña

Somos nosotros y nuestras circunstancias.

Ortega y Gasset

Sin entrar mucho en detalles, decíamos ayer que hace más de seis siglos un rey en apuros solicitó la ayuda de un obispo de capa y espada para defender sus dominios. Como agradecimiento a su tarea efectiva le otorgó un minúsculo condado de un territorio díscolo. Solo un castillo y unas pocas tierras hasta el margen del río, rodeadas por sus posesiones limítrofes. Aunque el arreglo no debió de ser bien recibido por sus moradores, el conde obispo ejercería su influencia en el territorio durante siglos, y en muchos momentos con un control muy férreo.

Siempre he pensado que este hecho fundacional habría tenido mucho que ver en la idiosincrasia de las decenas de generaciones que, desde entonces, habitaron Noreña. Al menos hasta nuestra generación y la llegada de la globalización.

Porque si no, ¿cómo se podría explicar la pervivencia en nuestro concejo de tradiciones religiosas tan arraigadas como las multitudinarias procesiones del Ecce-Homo, con la iglesia abarrotada en su novena durante prácticamente todo el siglo XX y que aún hoy participa de una bajada masiva del Santu cada mes de septiembre?

La cuestión importante es si este tipo de ideas tiene algún interés en una sociedad tan cambiada que transita por la tercera década del siglo XXI y en la que el terruño no es lo que era cuando solo una quinta parte de los noreñenses han nacido en el concejo.

Científicos sociales del campo de la sociología, la psicología y la historia han tenido la oportunidad de estudiar la repercusión en sociedades actuales de procesos similares, y en una época muy cercana a la nuestra. En la Alemania de la reforma luterana los condados se dividieron según su afiliación religiosa en protestantes y católicos.

De sus análisis infieren que de este hecho se manifiestan actualmente diferencias sociales, culturales y también psicológicas. Es más, algunos van más allá y encuentran explicaciones para las diferencias económicas entre las comunidades y, por qué no, políticas.

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