Caborana (Aller),

L. CAMPORRO

Lo que comenzó como una experiencia de fin de semana trabajando en sextaferia en el alto Aller por parte de un colectivo de jóvenes reclusos pertenecientes a la unidad terapéutica del centro penitenciario de Villabona ha logrado tener una continuidad en el tiempo. Bajo el lema «Momentos de libertad», un grupo de dieciocho jóvenes acogidos al programa de inserción social de personas drogodependientes privadas de libertad participa estos días en un campo de trabajo, siendo la localidad elegida para acoger la iniciativa el pueblo de Caborana. Los presos realizan desbroces, limpieza de calles y otras actividades en favor de la comunidad. La propuesta parte de la Fundación ADSIS y cuenta con la colaboración del Ayuntamiento de Aller.

El campo de trabajo comenzó a funcionar el pasado lunes y se prolongará durante toda la semana.Colabora un colectivo de nueve personas en función de apoyo, entre monitores y voluntarios, coordinados todos ellos por Javier Illarramendi, de la Fundación Adsis.

Durante estos ocho días los internos tienen un programa claramente estructurado. El grupo parte a primera hora de la mañana de Villabona hacia Caborana, donde realiza los trabajos de colaboración ciudadana, para dedicar la tarde a actividades como talleres y propuestas educativas en el albergue juvenil de Bustiello. Al final del día retornan a la penitenciaría.

Esta experiencia es valorada muy positivamente por los dieciocho jóvenes participantes. Les permite un contacto real con la calle, lo que asumen como un paso hacia su reinserción, ya que les ofrece, según explican, un tiempo de reflexión. Los terapeutas puntualizan que el trabajo en un grupo fomenta la solidaridad, «tanto con sus compañeros como con el pueblo en general, algo que desemboca en un fortalecimiento de las relaciones interpersonales constructivas y gratificantes».

Una de las cosas que más valoran estos jóvenes, inicialmente temerosos del contacto con la libertad, es la excelente acogida que les han dispensado los alleranos, con algunos de los cuales comparten el descanso del bocadillo y el refresco. Las conversaciones están cargadas de ánimo y buenas intenciones.

Cuando los presos retornen definitivamente a sus celdas para cumplir el resto de la condena, en Caborana quedará, a buen seguro, su sello positivo de colaboración y buen hacer en el mantenimiento medioambiental, que, a golpe de herramientas y de manera altruista, han desarrollado durante esta semana. El Ayuntamiento de Aller ya ha manifestado su intención de seguir colaborando en años venideros con la penitenciaría de Villabona para seguir acogiendo esta singular iniciativa de marcado carácter social.