Langreo, L. M. D.

Naciu Varillas (Gijón, 1975) es periodista y escritor, al menos «en mi tiempo libre». Su primer libro, «Carretera ensin barru», fue una de las pocas obras en asturiano que sacó dos ediciones, tras agotarse la primera en menos de seis meses. También ha participado en varias antologías de cuentos en asturiano. Estas Navidades salió a la venta su segunda novela, «El camín de Dios», en la que se cuentan las penurias que padece una pareja.

-Los caminos de Dios ¿son inescrutables?

-Eso se dice; también que Dios escribe recto en renglones torcidos... suele decirse para explicar lo que no es explicable y para decir que es lo que el destino te tiene preparado. Quería reflexionar sobre ese tipo de cosas que se dan por hechas en la vida y que parece que tienen que ser porque sí, porque Dios quiere.

-La religión, ¿sigue teniendo un papel preponderante en la sociedad?

-Cada vez menos, no entro ya a decir si eso es bueno o malo. Las formas de pensar van evolucionando, antes filosóficamente hablando el cénit era Dios, hoy en día son las explicaciones científicas. Los caminos de Dios son inescrutables... pero no siempre.

-Los personajes del libro muestran actitudes muy distintas ante su destinoÉ

-Creo que los dos protagonistas se revelan, cada uno a su manera. Tanto él como ella acaban de una forma distinta, ella más impulsiva y clara, y él de forma tal vez más sorprendente.

-Un protagonista es de un pueblo marinero; el otro, de una zona minera... todo recuerda a Asturias, sin embargo está planteado como una historia de ambiente anglosajón.

-Somos asturianos, y a la gente de las Cuencas le puede parecer típico de esta zona, pero si vamos a Gales les parecería normal allí. Para el objetivo del libro, la historia, no es necesario reflejar la realidad asturiana, puede ser en cualquier otro lugar. Por eso se llaman Boj, Jane, Peter... la idea era hacer una historia distinta. «Carretera ensin barru» era más costumbrista, quería hacer algo que fuera válido aquí, en Gales, en Croacia o en Sudáfrica.

-¿Por qué esa fijación en los libros con los caminos y las carreteras?

-Quiero ser consejero de Infraestructuras y no sé cómo conseguirlo. Ahora, ya en serio, no es que es un poco casualidad, un poco juego personal. El próximo libro también tendrá caminos de título.

-¿Es más importante recorrer los caminos o llegar al final?

-Todo tiene su aquél. Recorrer un camino sin llegar a su final no tiene sentido. Y para llegar al final hay que saborear el recorrido. Mitad y mitad.

-¿Cómo es su proceso de escritura?

-Esta historia la tenía escrita hace varios años, lo que es la trama básica, la historia de Boj, mi Santo Job, pero al revés. En su día la editorial Ámbitu me propuso desarrollarla, al tener una antigüedad estaba poco madurada. En diez años que tenía había que perfeccionarla. La base ya estaba y se fueron añadiendo cosas. No sé si las partes nuevas y las viejas han llegado a encajar totalmente, eso ya tienen que juzgarlo los lectores.

-Escribiendo en asturiano, ¿en qué estado de salud se encuentra la llingua?

-En los últimos años no ha avanzado, aunque tal y como están las cosas tampoco es que lo esperáramos. Seguimos pegándonos con los mismos topes siempre, ¿quién discute que haya que proteger el parque de Redes o los Picos de Europa? No lo hace nadie, pero de la llingua asturiana, un bien cultural que hay que proteger y al que puede sacarse provecho, sí se hace.

-Llama la atención que el PSOE parezca más reticente que el PP en esta cuestiónÉ

-Cuando el PP estaba en el Gobierno, tampoco hizo nada. Da igual que sea PSOE, PP o IU, la cuestión es que deberíamos sacar del contexto político lo que es cultura. El ejemplo de Redes lo pongo con el río Nalón, ¿quién dice que no puede ser una fuente de riqueza y que hay que aprovecharlo sin estropearlo? Es lo mismo, hay que sacar un provecho de un bien cultural que está ahí y que es una gran riqueza, ¿por qué nos negamos a eso?, ¿qué más da que se sea de derechas, de izquierdas o de centro y para dentro? Mi abuela no es de derechas ni de izquierdas, y es algo que ella tiene y me transmitió, pero que yo no podré transmitir a mis hijos. Antes se llegaba a discutir la raíz científica del asturiano, que quedó demostrada. Ahora lo que se discute es si es necesario instalarlo en la sociedad. Lo que pasa es que si tardamos 20 años en aplicarlo es tardeÉ

-Ya no habría hablantes.

-Ése es el problema, ya no habrá quién lo hable, será una lengua muerta, como el latín. Ahora está agonizando, pero no está muerto. Hay que insuflarle vida y nos perdemos en discusiones políticas. Tenemos una posibilidad tan grande de desarrollar cultura que es absurdo rechazarlo, no perjudica a nadie.

-¿No es contradictorio que quien niega la oficialidad subvencione las publicaciones en asturiano?

-El clamor popular es grande y están dando panes y peces, pero no la caña de pescar.

-Comentaba que está trabajando en otro libro, ¿cómo será?

-Es un libro sobre la inmigración de los asturianos a América. Me está costando bastante porque escribo de una forma un tanto caótica. De momento, llevo tres partes de las cuatro que son.

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