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La crisis alcanza ya a la gente «normal»

Cáritas o Cruz Roja del Nalón y Caudal comienzan a recibir peticiones de dinero y alimentos de familias cuyos miembros han quedado en paro y no pueden hacer frente a sus pagos

La crisis alcanza ya a la gente «normal»j. r. silveira

Langreo / Mieres,

E. PELÁEZ / A. LORCA

Las peticiones de ayuda en las Cuencas se han disparado en este último año a causa de la crisis. El aumento del paro ha alcanzado de lleno a algunas familias en las que ninguno de sus miembros tiene trabajo. En muchos de estos casos, la falta de ingresos ha hecho que no se puedan afrontar los pagos de las hipotecas y se hayan visto de un día para otro en la calle. Por su parte, el colectivo inmigrante se ve particularmente afectado: no tienen a quién pedir auxilio y su único refugio son las ONG que les prestan ayuda desinteresada. Pese a la gravedad, la situación de las Cuencas no es por ahora tan alarmante a la de las grandes ciudades, en parte por el colchón económico de las prejubilaciones.

En la comarca del Caudal, la presidenta de la Cruz Roja de Mieres, Sedalina Rodríguez Álvarez, asegura que desde los últimos dos o tres meses «se han triplicado las peticiones de ayuda». «Tenemos un problema importante», debido a que está llegando «un desfile increíble de familias normales que se están quedando sin trabajo y en la calle por causa de la hipoteca. Piden lo básico: alimentos, ayudas para pagar la luz, el alquiler, recargas de abonos de autobús. También gente de fuera que estaba aquí trabajando y piden dinero para el tren y poder así volver a su lugar de origen», explica Sedalina Rodríguez.

Las aportaciones que reciben desde la Cruz Roja vienen desde varios ámbitos: «Donaciones públicas para ONG, ayudas privadas, aunque están bajando por causa de la crisis, las cuotas de los asociados, que en la zona de Mieres se están manteniendo». Y es que según la máxima responsable de la Cruz Roja en el municipio, el principio de solidaridad se está sosteniendo, siempre y cuando a los ciudadanos que nos ayudan «la crisis no les esté afectando». A pesar de estas aportaciones, esta voluntaria de la Cruz Roja, que ha de compaginar su trabajo con este «otro trabajo», avisa de que los miembros de la organización «nos encontramos desbordados» y anuncia que llevarán a cabo una campaña de «concienciación».

La Asociación Manos Extendidas trabaja en su mayoría con colectivos de inmigrantes. Comenzaron a acoger gente en Mieres, donde tienen dos casas y ahora la asociación se ha extendido también a Oviedo, donde tiene otra más. Ana Sánchez es una psicóloga que colabora con Manos Extendidas y explica que «acogemos en nuestros pisos a los inmigrantes hasta que encuentran trabajo y luego les ayudamos a independizarse».

En estos momentos, reconoce que tienen «una lista de espera gigante» para entrar en alguno de sus pisos de acogida. «Ahora no sólo tenemos inmigrantes que acaban de llegar, ahora hay algunos que vienen del Sur porque allí ya no hay trabajo y lo intentan buscar aquí y tampoco lo encuentran». Por si eso fuera poco, ahora «la gente ha duplicado el tiempo de estancia porque es imposible hallar trabajo». Esta asociación les proporciona alojamiento, manutención gratuita, clases de español, les ayuda con el currículum, con los papeles. «Preparamos actividades lúdicas para su integración en la sociedad», asegura Ana Sánchez.

«Las subvenciones la que no baja no sube, y la gente que llega aumenta, las cosas suben y no tenemos dinero. Las ayudas vienen de la Consejería de Vivienda, del Ayuntamiento de Oviedo, una aportación muy pequeña del de Mieres, aquí nos dan 300 euros al año y algunas empresas privadas», se queja esta psicóloga que ve cómo los recursos de los que disponen son insuficientes para tanta gente que los necesita. «Empezamos con cinco casas y ahora sólo tenemos tres: una para familias y mujeres, y otras dos para hombres. Las ayudas de los socios y colaboradores han pegado un bajón tremendo», y es que, para la gente, «los 20 euros que antes no eran nada, ahora suponen un gran esfuerzo». El resultado, asegura Ana Sánchez, es que «tenemos más gente y menos dinero». La cocina solidaria de Amicos también ha visto crecer de forma alarmante el número de usuarios.

En la comarca del Nalón la situación no es diferente. La crisis económica también está disparando el número de peticiones de ayuda de familias necesitadas. Las solicitudes se han duplicado en Cáritas del Valle en los últimos meses, según asegura José Antonio Couso, delegado en la comarca y párroco de La Felguera. «La crisis está golpeando fundamentalmente a los más pobres», apunta.

Esta mala situación económica provoca que acudan a Cáritas personas que nunca pidieron ayuda y que se encuentran en una situación acuciante. En este caso destaca el incremento de mujeres separadas o divorciadas con hijos o inmigrantes. Estos últimos «no tienen red de ayuda, por lo que la crisis les golpea más», afirma Couso. El mayor porcentaje de ayudas se registra en el municipio de Langreo. En el área de influencia de la parroquia de La Felguera, que engloba en cuanto al servicio de Cáritas a diversos pueblos de otras feligresías, sólo el mes pasado fueron atendidas 43 familias a las que se facilitaron alimentos cuando antes no llegaban a 20.

«Hay situaciones muy graves», afirma el delegado de Cáritas en el Nalón. Hace días recibió a una familia que no tenía dinero para pagar el recibo de la luz. «Hemos tenido algún caso en el que no podían hacer frente a la hipoteca», señala, remarcando que Cáritas estudia de forma exhaustiva cada uno de los casos. Entre la ayuda que se presta, destaca el reparto de alimentos y de ropa. El párroco de La Felguera considera que la situación es más complicada en las grandes ciudades, con un mayor número de peticiones de ayuda. Este incremento motiva que Cáritas precise más medios para hacer frente a estas necesidades. Por eso, pondrá en marcha a nivel regional una campaña de sensibilización a la población que tendrá como objetivo captar más recursos pero también personas que estén dispuestas a colaborar.

Cruz Roja de Langreo también constata ese incremento de familias que precisan ayuda. En este año se ha registrado un aumento del número de personas incluidas en el programa de reparto de alimentos tras ser derivadas por los servicios sociales del Ayuntamiento. Son 50 familias más sumadas a las 150 que recibían ya la visita de Cruz Roja. Y de los 10.000 kilos de alimentos repartidos en mayo se pasará a los 12.000 en esta segunda mitad del año, que se distribuirán a partes iguales en dos fechas, este mes y a mediados de diciembre, según comenta Ángel Luis García, presidente de la asamblea de Cruz Roja de Langreo. Leche en polvo, pasta, arroz y legumbres son algunos de los alimentos que se hacen llegar desde Cruz Roja. García confirma que el número de personas que necesitan ayuda se ha acrecentado hace dos años aunque este último fue el que experimentó el mayor crecimiento.

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