La central manchega recibirá ayudas por quemar carbón nacional

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El proceso consiste en una unidad denominada «shift» para transformar el monóxido de carbono (CO) en dióxido de carbono (CO2), una unidad de separación del CO2 mediante absorción con aminas y una unidad de purificación de hidrógeno industrial (H2), todos ellos con posibilidades de procesos comerciales. Los sistemas auxiliares y todo el control se integrarán en la central de Gasificación Integrada en Ciclo Combinado (GICC). También se probarán catalizadores ácidos y dulces para obtener datos de rendimientos técnicos y económicos a gran escala y costes de captura de CO2 con distintos grados de pureza.

Todo ello será posible, si los problemas financieros no acaban ahogando este pionero e innovador proyecto, y es que, aunque pueda parecer increíble, Elcogas está encontrando tremendas dificultades para que la Unión Europea financie la planta piloto. Bien es cierto que Elcogas, que hasta la fecha compite en el mercado eléctrico dentro del régimen general, como un productor más y sin recibir un euro de ayuda por su «energía verde», verá aliviada su situación económica toda vez que estará entre las diez centrales térmicas españolas que verán subvencionada su producción eléctrica a partir de carbón autóctono por la entrada en vigor del real decreto de restricciones por garantía de suministro aprobado recientemente por el Gobierno.

Pese a todas las dificultades, Elcogas quiere demostrar que el carbón limpio y sostenible ya está aquí y será una realidad antes de lo que pensábamos. Sin duda, una excelente noticia para el futuro de las comarcas mineras que ven como el negro mineral que durante siglos se ha extraído de las entrañas de su tierra adquiere una tonalidad cada vez más verde.

En Asturias, Hunosa y Endesa impulsan una planta piloto de captura de CO2, que se construirá en La Pereda (Mieres), cuando el gas sale ya por las chimeneas. Es un sistema diferente al que ahora se prueba en Puertollano y al que experimenta la Ciuden de Ponferrada, que atrapan el dióxido de carbono en el proceso de precombustión. La ventaja del sistema asturiano es que podría ser utilizado en las centrales térmicas ya existentes.