Campo de Caso,

C. M. BASTEIRO

El plan para recuperar el oso pardo cantábrico en el parque de Redes ya está en marcha. El Fondo Asturiano para la Protección de los Animales Salvajes (FAPAS) ha iniciado la construcción de estaciones de polinización en los montes de Caso. Se trata de espacios, protegidos por un cercado para evitar que los plantígrados los destrocen, en los que se instalan colmenas que favorecen la polinización de la flora de la zona. Como consecuencia de ello se produce una proliferación de panales de miel y frutos silvestres que facilitan la alimentación de los osos. El proyecto, que también abarca a Ponga, incluye en una fase posterior la plantación de árboles frutales en fincas de alta montaña, así como la colocación de cámaras para captar imágenes de los ejemplares y la recogida de restos genéticos que permitan identificarlos. Este siguiente paso se acometerá en otoño.

El presidente de FAPAS, Roberto Hartasánchez, explicó ayer que la primera fase del plan consiste en la instalación colmenas en «lugares estratégicos» de los montes para impulsar «la aparición de flora silvestre que favorezca el mantenimiento de osos y urogallos». En ellas se asentarán las colmenas. La primera instalación de este tipo se está construyendo en el valle de Los Arrudos, próximo a Caleao.

Además, en otoño, FAPAS pretende «instalar cámaras para realizar un seguimiento de los ejemplares y poder ubicarlos en un punto concreto». El sistema de vigilancia sacará instantáneas y conseguirá que los miembros del colectivo puedan «saber exactamente dónde se encuentra un animal en un momento concreto, por lo que podremos seguirlos más fácilmente».

Una vez que el servicio de vigilancia se ponga en marcha, el plan de recuperación del oso pardo en Redes seguirá adelante con la recogida de restos de los osos, como «pelos y excrementos». Con ellos, la Universidad de Oviedo podrá evaluar la genética de cada animal y saber su procedencia para comprobar si corresponde a la población occidental u oriental o si se trata de un híbrido.

El programa también se centrará en la adopción de medidas destinadas a mejorar el hábitat de los montes de la zona, para que estén en las mejores condiciones posibles a la hora de acoger a los plantígrados. «Tenemos pensado adquirir fincas en zonas altas de montaña para plantar árboles como cerezos, castaños o manzanos cuyos frutos sirvan de alimento a los osos», apuntó el presidente de FAPAS

En este sentido, Hartasánchez señaló que la principal actividad por la recuperación del oso pardo en Asturias se centrará en el Oriente (concejos del parque de Redes y Ponga) y no se proyecta, por el momento, hacer labores similares en los concejos de Lena y Aller, a pesar de las pruebas que constatan la existencia de osos en la comarca del Caudal, como los destrozos en colmenas de Casomera y los avistamientos en Xomezana.

Sobre la reaparición de plantígrados en el Caudal, Hartasánchez señaló que se trata de «una buena noticia» pero no echa las campanas al vuelo, ya que lo más probable es que se trate únicamente de machos «porque las hembras son mucho más cautas». Los nuevos territorios suelen ser explorados «por machos en búsqueda de alimentos», tal y como señalaron hace unos días expertos de la Fundación Oso Pardo.

Las dos poblaciones de oso pardo en España se dividen entre la zona oriental (que abarca desde la montaña palentina hasta la comarca leonesa de Riaño) y la occidental (que va desde la sierra de los Ancares de Lugo, hasta Teverga). Lena, Aller y los concejos de Redes forman parte del conocido como corredor interpoblacional. Los expertos ya tenían constancia de la relación entre los ejemplares de una y otra población. De hecho, hace años apareció un ejemplar muerto en León que era un híbrido, hijo de un ejemplar de, Oriente y otro del Occidente. Sin embargo, los destrozos en Casomera y en Lena han hecho pensar a la FAPAS que «el hábitat del corredor interpoblacional está cada vez más preparado».