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"El abandono de CC OO me parece inoportuno y no me acabo de creer sus razones"

-Ya buscan soluciones?

-Lo que vamos a hacer es una apuesta de futuro en toda regla. Lo que planteamos es que puedan ser mutualistas los hijos y los nietos de los mineros sean o no mutualistas. Y a su vez, una vez que estos sean mutualistas, también sus hijos lo podrán ser. De esta forma, continuamos la cadena y el relevo generacional de forma automática. Eso significa ampliar la base social de una manera muy importante y con una carga de apuesta de futuro que puede posibilitar que el Montepío se potencie mucho más.

-Cambiemos de tercio. Se ha abierto otro frente importante, el abandono de CC OO. ¿Cómo lo valora?

-A mi me parece totalmente inoportuno. Lo respeto porque es una decisión de una organización autónoma e independiente. Las razones que ellos dan yo no las comparto, y diré más, no me las acabo de creer. Se habla de transparencia, y la pregunta sería '¿Dónde falta?'. Se analiza, se debate y si hay que añadir alguna luz lo hacemos. Y sobre el tema de la participación y de un nuevo modelo del Montepío hay que decir que para llegar a eso es necesario un debate sereno, tranquilo, sobre lo que queremos, y esa comisión está creada desde noviembre. A partir de ahí, no hay ninguna barrera que se oponga a esa discusión. Por eso digo que esas razones tienen poco peso, y lagunas.

-¿Qué medidas se pueden tomar ahora para garantizar la estabilidad?

-En el momento que CC OO renuncia a su condición de socio protector lo que vamos a hacer es, tal y como marcan los estatutos, dar participación a la asamblea. Ellos tenían ocho puestos en el órgano de dirección: cuatro como socios protectores y otros cuatro por el cupo de mutualistas. Esos últimos se pueden llevar a la asamblea para su elección, y la gente mutualista se puede presentar para cubrir esos puestos de manera individual. Esa es una cuestión que ya está planteada y esperamos que antes del día 19, haya propuestas que se voten en la asamblea en urna y el que tenga más votos será el que salga elegido y ocupe ese puesto.

-Volvamos a lo económico, la previsión en 2015 es llegar casi a la estabilidad económica. ¿Ha sido difícil cuadrar las cuentas?

-Hubo que tomar decisiones muy duras. Tenga en cuenta que yo empecé con una medida un tanto ejemplarizante, recortando salarios a los trabajadores más próximos, sobre todo a la gente que estaba en los niveles de dirección, unos de un 10% y otros de un 12%. La Comisión Regional también dio ejemplo con la misma reducción en las dietas y el kilometraje. Luego hubo detalles que marcan la línea a seguir: desaparece el coche oficial, la tarjeta de crédito del presidente... No representa gran cosa desde el punto de vista económico, pero son signos inequívocos de una manera nueva de concebir las cosas. También ha habido que afrontar la reorganización en algunas empresas, que tenían un peso burocrático excesivo que hubo que adelgazar, lo que significó el despido de determinadas personas.

-Esos despidos que menciona, entre los que se encuentran el hijo de Fernández Villa o la hija y la pareja de Postigo, ¿supusieron una forma de romper con el pasado?

-No. Se hicieron por razones empresariales. Hay personas de esa época que siguen gestionando equipamientos del Montepío porque son buenos gestores. En Roquetas, por ejemplo, sigue la persona que había, pero ha hecho una gestión magnífica en los últimos años. En Felechosa, está parte del equipo que había, y ahora tienen una mayor responsabilidad y en los resultados se ha visto que las cosas mejoran en lo que ha sido este primer año. Por lo tanto, los despidos fueron razones empresariales.

-En Roquetas se ha ganado dinero por primera vez. ¿Se ha el turismo escandinavo convertido en pieza clave para la entidad?

-Sí. Hemos conseguido darle la vuelta a los resultados. De tener permanentes pérdidas, hemos pasado a beneficios. Lo del turismo europeo ha sido una fórmula que ha funcionado y que estamos potenciando hasta tal punto de que ya es una realidad también en Murcia. En menor tamaño, pero que también nos ayudará a crecer.

-Ya se ha extendido el convenio a Murcia, ¿valoran hacerlo también en Ledesma?

-Estamos planteando varias opciones. No es inmediato, pero ya se está hablando de ello. Tenga en cuenta de que en la cartera de servicios de la Seguridad Social de algunos países europeos como Francia, Italia o Alemania, se prescriben médicamente servicios de balneario como prevención de la salud, porque está demostrado que esas medidas salen a la larga más económicas que los tratamientos para curar las patologías. Y al haber debate sobre ello, también es una vía a la que podamos agarrarnos. Puede afectar positivamente al Balneario, pero también al centro hidroterapéutico de Felechosa.

-En Ledesma se han impulsado programas como los cursos de inmersión lingüística. ¿Forma parte de la nueva estrategia para atraer a mutualistas jóvenes?

-Efectivamente. Le queremos dar un giro total al Balneario, que no es incompatible con lo que hay. Ledesma, en el verano, siempre tuvo un perfil de ocupación de mutualistas y familias con hijos. Eso se ha perdido porque hay pocos mineros jóvenes con hijos en el Montepío. Estamos tomando iniciativas para que eso se vaya recuperando. Hay otras actividades, como los campamentos de verano, que están dando un resultado muy bueno y este año van a pasar unos 400 chavales. La previsión para el año que viene es superarlos.

-Felechosa sigue siendo el agujero de la mutualidad, pero se ha mejorado. ¿Falta mucho para el equilibrio económico?

-Venimos de un recorrido largo y muy negativo durante los últimos tres años. Evolucionar en el último año de unos resultados tan malos a los que nos estamos planteando en 2015 es un paso importante. Pero hay cosas que en esa previsión que tenemos para este año no quisimos introducir hasta que no conozcamos la realidad. Ahí no está metidas la posibilidad de tener las plazas ERA que salieron a concurso y que en estos momentos están suspendidas. De que podamos gestionar algo de eso significa una mejora muy importante de esos resultados y nos podría llevar al equilibrio económico o a estar muy cerca en Felechosa.

-En Los Alcázares, en 2014, se produjeron pérdidas por primera vez. ¿Qué ha sucedido?

-Mire, se da una circunstancia que es que se pierde dinero cuando tuvimos más ingresos que el año anterior, cuando había beneficios, discretos, pero beneficios. Por lo tanto se entiende que hubo mala gestión. En la primera entrevista que tuve con la anterior directora -Dorina Bicher, pareja de Postigo- le dije de forma clara que no se entendía cómo con los datos que manejaba del mes de mayo había unos datos muy negativos con respecto al año anterior. Estaba en pérdidas, cuando el año anterior no lo estaba, y además se daba en unas condiciones de mayores ingresos por pernoctaciones. Esa tendencia no se cambió y por lo tanto se tomó la decisión del despido. Ahora, en 2015 se ha recuperado la vía del beneficio. Hay un control de gasto muy importante y con los primeros datos que tenemos, aunque hay menos ingresos que el año anterior, tenemos unos resultados muchos mejores.

-¿Cuál es el Montepío que dibuja Juan José Pulgar a corto plazo?

- La primera línea es la de ampliar la base social del Montepío desde el respeto a las raíces mineras fundacionales. Ese es un elemento importante. La segunda pata es que ninguna de las empresas puede tener pérdidas, y si tienen beneficios, mejor. Ese dinero nos ayudará a pagar deuda y a crear nuevas políticas sociales. Y el tercer punto es ampliar esas políticas sociales que hemos puesto en marcha para todos, una vía que queremos fortalecer y muscular. Como resumen puedo decir que tendríamos un Montepío más abierto, sostenible, y más social y solidario.

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