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Las comuniones de Ujo acabaron con una pelea que obligó a actuar a la Guardia Civil

Hasta cinco agentes fueron necesarios para separar, entre los llantos de los pequeños, al progenitor de uno de los niños y a la pareja de su exmujer

La iglesia de Santa Eulalia de Ujo, donde el domingo se produjo la pelea. FERNANDO GEIJO

El domingo de comuniones acabó en Ujo con la Guardia Civil en el interior de la iglesia tras estallar una violenta pelea entre el padre de uno de los niños y la actual pareja de la madre. La refriega, con empujones y puñetazos, se produjo delante de los 18 pequeños que acababan de comulgar y de decenas de familiares. Todos, atónitos, asistieron indignados a una disputa que ha sentado muy mal entre los vecinos. Los dos hombres se enzarzaron enfurecidos y con una arrebato que sólo pudo ser sofocado por cinco agentes que, desde el inicio de la ceremonia, vigilaban desde la puerta del templo ante la sospecha de que el incidente estallara. Y es que el enfrentamiento había arrancado bastante antes del inicio de la misa.

Niños llorando, madres gritando y un sin fin de insultos y reproches. Los familiares del resto de niños que este domingo hicieron la primera Comunión en Ujo increparon a los dos implicados en la pelea tras ser separados por la Guardia Civil: "¡Debería daros vergüenza!" o "¡Sois unos indecentes!", fueron algunas de las frases que tuvieron que escuchar de los presentes. Según pudo confirmar ayer este diario, a través de los testigos y las fuerzas del orden, el incidente comenzó antes de la once de la mañana. Cuando el padre del niño, que vive en Avilés, se presentó de manera inesperada en Ujo y tuvo un primer enfrentamiento verbal con la familia materna. Fue entonces cuando se avisó a la Guardia Civil, que intervino y calmó lo ánimos.

Pero la cosa no quedó ahí. Entre los cónyuges hay una orden de alejamiento. El padre decidió entrar en la iglesia mucho antes del inicio de la ceremonia, por lo que la madre tuvo que quedarse fuera. Para entonces ya había hasta cinco agentes armados en la puerta de la iglesias en previsión de que pudiera estallar un enfrentamiento. La tensión era evidente, pero se mantuvo contenida hasta el término de la ceremonia. En el momento de hacer las tradicionales fotos fue cuando, tras un cruce de reproches, el padre del niño y la actual pareja de la madre se comenzaron a golpear ante el asombro de todos los presentes. La Guardia Civil actuó separándolos y sacándolos del templo a la fuerza. Al término de la reyerta ambos se denunciaron mutuamente. Muchos de los niños salieron de la iglesia llorando y visiblemente asustados.

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