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"Liquidé más de 100.000 euros en póquer, en apuestas... me valía todo"

Francisco J. está ahora en terapia por su adicción al juego, tras gastar en mes y medio una herencia de 30.000 euros

"Liquidé más de 100.000 euros en apuestas, en póquer... Me valía todo". Francisco J. es uno de los usuarios del Centro de Rehabilitación de Drogodependencias (RED) de Mieres que ha iniciado una terapia este año. Tiene 43 años y un largo historial de adicción al juego, ligado al consumo de hachís. Aún tiene camino por recorrer hasta obtener el alta pero ya ha dado grandes pasos. Uno de ellos, contar su historia.

Francisco J. aún recuerda su primera apuesta, con 18 años. A los veinticinco años compró un bar, con ayuda familiar: "El bar daba bastante dinero, yo marchaba bien. Luego compré un ordenador para digitalizar las cuentas del bar y contraté internet". Descubrir las apuestas online y los juegos de póquer en red fue su perdición.

El "subidón". La placentera descarga de adrenalina que sentía cuando ganaba, mantuvo viva la adicción de Francisco J. durante mucho tiempo: "Conseguí premios muy grandes pero, en realidad, siempre perdía". Ganó 30.000 dólares en una partida de póquer en red, que le duraron unas semanas. También gastó rápido los 15.000 euros que ganó en una apuesta y "liquidó" la herencia familiar en mes y medio: "Eran 30.000 euros que me había guardado mi abuelo, porque mi padre murió cuando yo era muy joven". Cuando el agujero en la cuenta era grande, lo tapaba con cargos a una tarjeta de crédito sin límites.

Artimañas. Un pilar de mentiras tan poco fiable que convirtió la vida de Francisco J. en un castillo de naipes muy endeble. "Estaba casado, pero mi mujer me abandonó cuando se terminó el dinero y vio que todo había sido un engaño", lamenta. Divorciado y con dos hijos a los que apenas veía, su vida cayó en picado. "Dejé de jugar, pero seguí consumiendo drogas". Sin un colchón económico, el agujero en la cuenta siguió creciendo.

Y entonces tuvo una idea, "la peor idea que pude haber tenido en mi vida". Empezó a trapichear con drogas en el bar hasta que, una tarde, la Guardia Civil incautó tres kilos de hachís en su bar. El juez le dio la opción de completar una terapia para sustituir una condena con privación de libertad. Visitó varios centros, y el que más le convenció fue el RED de Mieres.

"Venía por venir, para librarme de la cárcel", reconoce. Pero asegura que, con el paso de los meses, "he descubierto que esta es una forma de empezar de nuevo". Ya ha hecho avances: "Pagué las deudas que tenía, ahora estoy jubilado y cuando acabe la terapia seré libre". También ha recuperado la relación con sus dos hijos, de los que quiere disfrutar. Y dice que espera devolver el favor a su madre, "porque siempre me dejó la puerta de casa abierta".

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