El segundo fin de semana de la tardía temporada de esquí en Asturias se saldó con casi cinco mil esquiadores (4.896). La mayoría de ellos acudieron a los complejos invernales de Fuentes de Invierno y Valgrande-Pajares el sábado, en una jornada que muchos esquiadores calificaron como "de esas que se recuerdan".

Los dos días estuvieron marcados por el brusco cambio de las condiciones. En la jornada sabatina, los claros predominaron sobre las nubes y la nieve estuvo en un estado óptimo en ambos complejos, pero la situación cambió diametralmente ayer domingo, con precipitaciones en forma de nieve desde por la mañana, y cielos totalmente cubiertos que impidieron disfrutar al cien por ciento del esquí.

El sábado los dos complejos invernales consiguieron abrir 26 kilómetros, divididos en 40 pistas, a las que se pudo acceder con 13 remontes. Precisamente esa jornada se reunieron en Pajares y Fuentes de Invierno 3.170 esquiadores. Muchos de esos deportistas aseguraron a LA NUEVA ESPAÑA haber vivido uno de los mejores días de los últimos años. "Ojalá toda la temporada tuviéramos estas condiciones, con sol, buena nieve, un óptimo estado de las pistas y apenas sin colas", señalaban los usuarios de Pajares, que destacaban a su vez que no habían notado el cierre del remonte del Cueto Negro, que no está operativo esta temporada, ya que apenas hubo colas para coger los telesillas. "Como mucho hemos tenido diez minutos de espera, algo normal con la afluencia que había", aseguraron a este diario.

Ayer domingo, la jornada fue bastante más floja en cuanto a asistencia, marcada también por el tiempo nuboso que reinó durante todo el día. La oferta que se puso a disposición de los usuarios fue de 28 kilómetros, 11 remontes y 37 pistas, de las que disfrutaron 1.726 personas.

Los responsables de los complejos invernales esperan ahora que durante la semana caiga alguna precipitación en forma de nieve que permita asentar el dominio esquiable que manejan.