"El mundo no necesita más comida, necesita más gente comprometida". Así reza el lema de la LVIII Campaña de Manos Unidas que fue presentada el pasado jueves en la Casa de Cultura "Alberto Vega" de La Felguera. El acto, organizado por Manos Unidas y el Club LA NUEVA ESPAÑA en las Cuencas, se inició con la intervención de Isabel Muñiz, delegada de la ONG en Langreo, que puso de manifiesto "la necesidad de que haya un compromiso efectivo para acabar con la pobreza y la falta de recursos en el mundo".

Marta Fano es la responsable de comunicación de Manos Unidas y trazó las tres líneas maestras de la Campaña: "Evitar el desperdicio de alimentos, ya que un tercio de los mismos acaba en la basura; luchar contra la especulación alimentaria evitando que los alimentos se conviertan en activos financieros; y propiciar un compromiso con la agricultura sostenible y respetuosa con el medio ambiente". Fano facilitó algunos datos escalofriantes, pues según expresó, "más de 800 millones de personas pasan hambre en el mundo a pesar de que el planeta produce alimentos para todos".

La Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 recoge la necesidad de garantizar el derecho a la alimentación y para llegar a conseguir la seguridad alimentaria en todo el planeta, y sobre todo en los países del Sur más pobres, Manos Unidas lanza como propuestas "proponer políticas sociales y económicas que busquen la justicia social, cambiar el modelo económico basado en pensar solo en el beneficio, desentendiéndose de las personas y excluyendo a los más débiles, cambiar nuestro estilo de vida y educar en valores que promuevan el consumo responsable y hábitos de compra sostenibles y solidarios", tal y como expuso la responsable de comunicación. Uno de los rasgos fundamentales de la labor de Manos Unidas es que trabaja sobre proyectos "que no nacen de la nada, sino que surgen de las necesidades que se detectan en cada zona" continuó explicando Fano. Además, subrayó que "en esta campaña se buscará financiación para diversos proyectos en Asturias, y el adjudicado al arciprestazgo del Caudal y el Nalón se localizará en un barrio de la capital de Togo donde es necesario ampliar un dispensario médico que atiende a más de 15.000 pacientes al año y que se ha quedado pequeño". El coste del proyecto asciende a 42.000 euros y se calcula que tendrá unos 50.000 beneficiarios directos e indirectos.

El broche de oro del acto en la Casa de Cultura de Langreo lo puso Juan Antonio Fraile, misionero comboniano con más de veintidós años de presencia y trabajo en el Congo, que quiso compartir su experiencia en "uno de los países más pobre del mundo a pesar de la riqueza de sus recursos". Acompañando su exposición con un exquisito y emocionante reportaje fotográfico consiguió poner de manifiesto las durísimas condiciones de vida de los congoleños y las expectativas de futuro de los jóvenes que "llegan a recorrer 800 kilómetros en bicicleta para vender unos pequeños bidones de aceite de palma y así tener dinero para poder costearse el acceso a la educación que el Estado no facilita". Fraile subrayó que "garantizamos que el dinero llega y el 99 por ciento de lo recaudado se dedica íntegramente a los proyectos, ya que la entidad funciona sobre todo con voluntariado y por tanto se gasta muy poco en administración". Del mismo modo, evidenció que "los gastos se controlan de modo exhaustivo y es obligatoria la justificación de los mismos a través de facturas".