Una amplia representación de los médicos que trabajan en los centros de salud del casco urbano de Mieres han asegurado a través del Servicio de Salud del Principado (Sespa) desconocer la existencia de una carta avalada, en principio, por el citado colectivo y a través de la que supuestamente trasladaban a la administración regional su queja por el trato que reciben del inspector médico que supervisa su trabajo. Dieciséis facultativos afirman que "ni tienen conocimiento" de la carta ni han firmado "ningún escrito al respecto".

El escrito de queja al que se refieren desde el Sespa recogía, supuestamente, el descontento existente con el inspector médico. Profesionales del servicio hicieron pública su existencia, afirmando que la totalidad de los médicos habían suscrito el texto. Una parte significativa de la plantilla de facultativos de los centros de salud lo desmienten. Niegan tanto conocer el escrito como haberlo firmado. Esta postura pone en solfa la veracidad de las afirmaciones trasladadas por los médicos que se erigieron en portavoces del colectivo.

La carta enviada al Sespa, según siempre la versión de los médicos que ahora han sido desmentidos, estaba supuestamente avalada por los veinte doctores de "familia" que trabajan habitualmente en los dos centros de salud del casco urbano, colectivo que atienden a una población de más de 25.000 personas. Ahora bien, se da la paradoja de que algunos de los firmantes del desmentido afirmaron previamente conocer el escrito del que se desmarcan, incluso haberlo avalado.

Al margen del posicionamiento de los médicos, varios mierenses han trasladado a este diario su descontento con la gestión de las bajas en Mieres. Algunos de los pacientes afectados han contado sus experiencias. Es el caso de un vecino al que recientemente se le diagnosticó una neumonía que le obligó a coger la baja. "Tenía cita para hacer unas pruebas que confirmasen mi estado, pero el inspector, sin examen, decretó mi alta sin esperar al reconocimiento", señaló. Un conocido hostelero de Mieres también ha sufrido una situación similar: "Tenía unos dolores de espalda terribles y mientras estaba siendo tratado se me dio de alta". En su caso, la médica que lo asistía no tuvo más remedio que volver a tramitarle la incapacidad. En su momento este diario recogió algún otro testimonio más.