Confirmado. Un oso deambula por el valle de Cenera, el principal referente turístico de Mieres. La Consejería de Ordenación del Territorio y Medio Ambiente ha corroborado a LA NUEVA ESPAÑA lo que el pasado viernes apuntaron los vecinos. Fue un plantígrado el animal que el pasado fin de semana atacó a un burro muy cerca de Villar. Es decir, el oso se adentró hasta los asentamientos poblados que se asoman al fondo del valle, vertebrado en toda su extensión por complejos lúdicos y hosteleros. Los vecinos, hasta ahora, nunca habrían sospechado que un ejemplar de esta especie pudiera llegar hasta Cenera. No salen de su asombro.

El guarda de la patrulla regional dedicada al seguimiento del oso que analizó los zarpazos que sufrió el burro refrendó que el tipo de lesiones confirman el ataque de un plantígrado. No llegó a matar al animal, aunque finalmente tuvo que ser sacrificado por el equipo veterinario. El profundo desgarro se localizó en el lomo, con más de 30 centímetros de longitud. Este diario tuvo acceso al animal, pudiendo constatar la dimensión del zarpazo. Los dueños no quisieron que se fotografíase al burro ni que se conozca su identidad. En la finca había otros dos burros, que resultaron ilesos. El osos desapareció sin dejar más rastro.

Los vecinos de Cenera reconocen estar sorprendidos y la incredulidad inicial está dando paso a un convencimiento que aflora que la refutación de unos hechos que nadie esperaba. Inicialmente no se daba crédito a la historia, pero finalmente, tras la confirmación, los vecinos ya empiezan a asimilar que la fauna local tiene un nuevo integrante: "Parece imposible que haya podido entrar tanto en el valle", apuntan desde la asociación de vecinos. Y es que el ataque se produjo en una finca entre Meruxeo y Villar, muy cerca de Cenera, el núcleo turístico más importante de Mieres. De hecho, toda la zona alberga una enorme actividad senderista y es muy transitada también por cicloturistas. La finca donde se encontraban los burros se halla anexa a la estrecha carretera que una ambas aldeas. Se trata de una vía de poco más de un kilómetro de longitud, perfectamente asfaltada y rodeada de fincas valladas y zona forestal. El paso de vehículos es habitual.